Un proyecto financiado por la UE desarrolla un dispositivo inteligente para el suministro controlado de fármacos
Los socios del proyecto IntelliDrug financiado por la UE han desarrollado un dispositivo innovador para el suministro controlado de fármacos que se introduce dentro de la boca. El proyecto IntelliDrug aborda la necesidad de crear nuevos sistemas de suministro de fármacos mejor controlados y menos invasivos, principalmente para las personas que sufren enfermedades crónicas o adiciones a las drogas. El dispositivo se espera que esté en el mercado para 2007. La adición a las drogas y las enfermedades crónicas se encuentran entre las enfermedades más graves que padecen los seres humanos, acarrean un enorme gasto económico y suponen una carga para la sociedad. La adición a las drogas es la principal causa de delitos y de inestabilidad social, mientras que las enfermedades crónicas son cada vez más comunes debido al envejecimiento de la población y la mejora de la atención médica que prolonga la vida de las personas nunca más que antes. El microsistema IntelliDrug alivia los continuos esfuerzos que requiere la administración de fármacos en tratamientos y terapias y ayuda a que los pacientes lleven una vida más normal. IntelliDrug, cuyas siglas son "Intelligent intra-oral medicine delivery micro-system to treat addiction and chronic diseases", está financiado a través de la prioridad de tecnologías de sociedad de la información (IST) del VI Programa Marco. El proyecto está dirigido por Assuta Medical Centres, una empresa israelí que trabaja en los hospitales equipados con modernos aparatos, y reúne a 10 socios entre los que figuran instituciones académicas, centros de investigación y organizaciones industriales de Alemania, Polonia, Italia, España, Israel y Suiza. Los principales objetivos de IntelliDrug son desarrollar micro y nanosistemas inteligentes que ofrezcan un enfoque alternativo al suministro de fármacos, para abordar anualmente tecnologías clave como los biosensores y la comunicación segura, conseguir la administración controlada de fármacos en bajas dosis e integrar los componentes en sistemas incorporados para gestionar el estado de la enfermedad. El nuevo dispositivo actualmente en desarrollo es un aparato dental, que se puede quitar o dejar fijo, parecido a los dientes naturales del arco dental del paciente, que les permite comer y hablar libremente. Contiene un sistema de administración del medicamento que se sitúa en la boca, permitiendo el suministro según las necesidades del paciente, durante periodos de días, semanas o meses. El microsistema incluye un mecanismo de suministro de medicación, un sistema inteligente incorporado, microsensores y microaccionadores. La dosis de medicina se puede ajustar mediante un control remoto que forma parte del sistema y una vez suministrada será absorbida por la mucosa oral o tragada por el paciente. El control remoto informará también al paciente y al médico si hay necesidad de rellenar el recipiente que contiene el fármaco, añadiéndose medicación nueva de forma no invasiva. Según los socios del proyecto, los beneficios de este dispositivo para los pacientes son su forma anatómica, que garantiza una mayor discreción para el suministro del fármaco y presenta menos inconvenientes que las bombas de insulina, además de ofrecer un mejor control y la adaptación para la administración de fármacos en comparación con los parches y las pastillas tradicionales. El suministro de fármacos no invasivo en los tejidos orales sustituirá a las inyecciones, y evitará el dolor, los rechazos e infecciones. El nivel de medicación en sangre estará mejor controlado que con la administración convencional y, si fuera necesario, se podría conseguir un nivel estable de medicación en sangre, aportando más eficacia al fármaco y reduciendo los efectos secundarios. Entre los medicamentos utilizados para la experimentación del dispositivo está la insulina, utilizada para el tratamiento de la diabetes, la galantamina, utilizada en el Alzheimer, y la naltrexona, un fármaco que impide que los opiáceos se unan a los receptores que hay de esta sustancia en el cerebro, haciendo que los adictos a esta droga sean inmunes a los efectos de la heroína de la morfina, considerada como el arma terapéutica más efectiva contra lo sobredosis. El prototipo se habrá probado y estará listo para finales de 2006 y se espera que esté disponible en el mercado en 2007.