Un estudio reclama la optimización de los datos sobre la movilidad de los investigadores
Según un estudio recientemente publicado, la evaluación que afirma que Europa está perdiendo "cerebros" en comparación con EEUU está sobrevalorada, es demasiado simplista y se basa en datos incompletos, argumentando que en el contexto de unas economías basadas cada vez más en el conocimiento, la "fuga de cerebros" es una cuestión más compleja en la que entran a formar parte muchos tipos de "retorno", "circulación" y "recirculación" de investigadores. El estudio, titulado "El fenómeno de la fuga de cerebros hacia Estados Unidos entre los estudiantes de doctorado de Europa: qué conocimientos tenemos y cuáles nos gustaría conocer", examina el balance neto de intercambios de estudiantes de doctorado y postdoctorado entre Europa y EEUU, centrándose en los datos procedentes de cuatro países: Francia, Alemania, Reino Unido y EEUU. Aunque se observó un bajo nivel de "movilidad" en EEUU y Reino Unido, el estudio reveló un porcentaje más alto de estudiantes alemanes y franceses que deciden estudiar en el extranjero. También se descubrió que la afluencia de estudiantes extranjeros hacia la UE sigue siendo baja en comparación con la situación de EEUU y Canadá, que presentaban un balance neto de más de 20.000 estudiantes extranjeros a su favor en 2003. Según el estudio, entre los factores cruciales para explicar la migración de científicos e investigadores están los "Grupos intensivos de conocimiento", donde abundan las oportunidades de empleo y son más variadas. Menciona un estudio llevado a cabo sobre estudiantes extranjeros de postdoctorado en instituciones públicas de investigación francesas que concluye que en las disciplinas de química y ciencias de la vida los estudiantes de postdoctorado constituyen entre el 30 y el 50 por ciento del personal de los laboratorios públicos. Sin embargo y, de acuerdo con los autores, Francia experimenta dificultades para atraer a estudiantes extranjeros de otros países que cuentan con estructuras de investigación de renombre. Por otro lado, los ciudadanos americanos prefieren permanecer en EEUU, incluso si hay en marcha medidas para aumentar su movilidad internacional. Aunque los datos confirman las suposiciones previas sobre un flujo más elevado de estudiantes, concretamente de postdoctorados desde Europa hacia EEUU, el estudio argumenta que los datos existentes no aportan una imagen completa de la realidad. Por ejemplo, se sabe poco sobre la migración de retorno de los estudiantes europeos de postdoctorado. Tradicionalmente, aproximadamente cerca de la mitad de los estudiantes extranjeros que obtuvieron licenciaturas en ciencias e ingeniería manifiesta su intención de quedarse en EEUU. Y, aunque estos porcentajes parecen haber aumentado en la década de los noventa, también hay indicios de que los investigadores europeos están volviendo a sus países de procedencia. Un reciente estudio en Alemania demuestra que el 85 por ciento de los científicos que abandonan el empleo o la investigación que están llevando a cabo en el extranjero, finalmente retornan a sus puestos de trabajo en Alemania. Sin embargo, a nivel posdoctoral, las evidencias son más escasas ya que no hay datos disponibles sobre el número de postdoctorados de Europa, haciendo difícil evaluar el retorno de los postdoctorados nacidos en la UE procedentes de universidades de EEUU. Además, sigue la incertidumbre sobre la "calidad" de los estudiantes de doctorado y postdoctorado que emigran a EEUU y los que lo hacen dentro de Europa. EEUU es sin duda más dominante en una serie de campos y ciertamente atrae a investigadores de talento pero, sin que consten datos más precisos el estudio declara que no puede respaldar esta afirmación. Sugiere que podrían estar anticuadas las estrategias actuales que abordan la fuga de cerebros. En una economía basada en el conocimiento cada vez más globalizada han surgido crecientes modalidades de retornos, circulación y recirculación de cerebros. La "circulación de cerebros" hace referencia a un ciclo de desplazamientos al extranjero para estudiar, conseguir un trabajo allí, y de nuevo volver para conseguir una buena oportunidad laboral. Esta forma de movilidad se percibe a menudo como positiva porque genera transferencia de conocimientos y es suplementaria. Por lo tanto, no debe considerarse como algo contrario a la fuga de cerebros. Además, los datos sobre esta tendencia de movilidad aportarán un mejor entendimiento sobre los beneficios, según argumenta el estudio. Los países de la UE carecen claramente de un sistema de información estadística sobre doctorados que dé respuesta a preguntas fundamentales para la innovación y el crecimiento, argumenta el informe, que añade que la insuficiencia de datos es válida para casi todos los temas relacionados con los puestos de trabajo y el desarrollo profesional de los doctorados. Concluye recomendando la creación de un sistema estadístico europeo sobre doctorados, como una herramienta esencial para la aplicación y la creación de cotas de referencia relativas a la evolución hacia el Espacio Europeo de Investigación.