Un proyecto financiado por la UE para ayudar a desvelar los misterios que rodean al crecimiento de las plantas
A pesar de la importancia que tienen las plantas para todos nosotros, ya sea como fuente de alimentación, de medicinas, de energía o de materiales, muy poco se conoce todavía sobre los procesos biológicos que controlan su crecimiento. La Comisión Europea se propone ahora conceder un total de 12 millones de euros a un proyecto conocido con el nombre de AGRON-OMICS cuyo objetivo es arrojar luz sobre esta cuestión. Las plantas nos proporcionan toda una serie de productos y servicios vitales. Sin embargo los mecanismos que controlan su desarrollo y crecimiento, especialmente el de las hojas siguen sin conocerse adecuadamente. Las hojas pasan por tres frases básicas en su desarrollo: proliferación, durante la que aumenta el número de células de la hoja; expansión celular, en la que las células mismas aumentan su tamaño; maduración, cuando las células cambian su estado fisiológico y se vuelven activas, por ejemplo, a través de la fotosíntesis; y finalmente senescencia, cuando los recursos presentes en la hoja se trasladan a otras partes de la planta. Hoy en día se conoce todavía muy poco sobre las señales a partir de las cuales las células de la hoja dejan de dividirse y pasan a la fase del crecimiento en su desarrollo. Sin embargo la cantidad de biomasa presente en la hoja, que constituye el factor determinante fundamental en la productividad de los cultivos viene condicionada por el número y tamaño de sus células. Como señala Pierre Hilson, coordinador del proyecto de la Universidad de Gante, "Dada la importancia cada vez mayor de la biomasa y de la bioenergía ya va siendo hora de que estudiemos los detalles precisos de la acumulación de la biomasa". Los socios participantes en el proyecto estudiarán los diversos componentes que controlan el crecimiento de las plantas como, por ejemplo, los genes, las proteínas y los metabolitos, y analizarán de qué manera todos ellos coordinan sus acciones para regular el crecimiento de la hoja realizando la transición de una fase de desarrollo a la siguiente. Por último, desarrollarán una serie de métodos matemáticos y estadísticos que les permitan establecer modelos y predecir los procesos que tienen lugar en la hoja y analizarán todo ello en estrecha colaboración con informáticos y experimentalistas. Los conocimientos extraídos como consecuencia del proyecto serán directamente aplicables en toda una serie de aplicaciones industriales como, por ejemplo, las relacionadas con las bioenergías. La planta escogida por los investigadores es la Arabidopsis thaliana. Desde finales de los años 70, esta planta ha sido el modelo preferido por los científicos de todo el mundo. Además de ser pequeña, y de tener un crecimiento rápido es una planta muy prolífica que se cultiva fácilmente en el laboratorio y que tiene un pequeño genoma que la hace especialmente adecuada para los estudios genéticos. La gran cantidad de investigaciones realizadas en relación con la A. thaliana (la secuencia total de su genoma se obtuvo en 2000) y los miles de líneas mutantes disponibles hacen que resulte ideal para este estudio. Por ejemplo, existen líneas mutantes con un número de células en la hoja excepcionalmente bajo. No obstante, las plantas compensan este problema haciendo que cada una de sus células sean más grandes, lo que significa que el tamaño total de la hoja sigue siendo normal. Otros mutantes contienen por el contrario células inusualmente pequeñas, que compensan creando un mayor número de células. Un estudio como este sobre los mutantes ayudará a los investigadores a comprender mejor las interacciones existentes entre los factores que controlan el crecimiento de la hoja y el desarrollo de la misma. El proyecto AGRON-OMICS (Arabidopsis GROwth Network integrating OMICS technologies), coordinado por el Instituto Interuniversitario de Biología de Flandes en Gante, Bélgica, agrupa a investigadores de 14 institutos en siete países. La ayuda por valor de 12 millones de euros que concede la Comisión Europea a este proyecto representa la mayor ayuda jamás obtenida para investigación sobre la Arabidopsis. Está previsto que el proyecto se ponga marcha a partir de otoño con una duración prevista de cinco años.
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