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Astrónomos contemplan en directo el nacimiento de una supernova

Por vez primera en la historia, los científicos han podido contemplar la transformación de una estrella en supernova y relacionar esta transformación con el destello brillante de rayos X que precedió al fenómeno. Astrónomos de todo el mundo tuvieron la oportunidad de observar ...

Por vez primera en la historia, los científicos han podido contemplar la transformación de una estrella en supernova y relacionar esta transformación con el destello brillante de rayos X que precedió al fenómeno. Astrónomos de todo el mundo tuvieron la oportunidad de observar el desarrollo de este fenómeno que servirá para comprender mejor el comportamiento de las supernovas. Las observaciones y análisis del fenómeno realizados por cuatro equipos internacionales de astrónomos vienen recogidas en el último número de la revista Nature. Una supernova se genera a partir de una estrella madura que se queda sin energía y no es capaz ya de soportar su propia gravedad lo que provoca el desmoronamiento de las capas estelares hacia su interior. Como explica Timothy R. Young de la Universidad de Dakota del Norte en un artículo aparecido en la misma revista, "Ello crea una onda de choque que rebota hacia fuera y que viene alimentada por la energía generada a partir de los campos internos y de la rotación". "Es al comienzo del estallido, al surgir la onda de choque desde la superficie de la estrella que se desploma, cuando se libera su energía y se envía al espacio en forma de radiación de todas las frecuencias durante un período que puede ir desde tan sólo unos pocos días hasta varios meses, en lo que normalmente se interpreta como una señal típica de la aparición de una supernova". Desde hace mucho tiempo se sospechaba que las explosiones de rayos gamma (GRB, o "gamma ray bursts") podrían ser interpretadas como una señal previa de alerta que anunciaría la aparición de las supernovas. Hasta ahora, no obstante, nadie había podido aportar pruebas definitivas de que ello fuera así, ya que de hecho nunca nadie había podido observar una supernova desde el primer momento de su nacimiento. Por otra parte no se sabía claramente por qué algunas supernovas parecen estar relacionadas con los GRB y otras no. Todo empezó el 18 de febrero de 2006 cuando el satélite Swift de la NASA detectó una explosión anormal de rayos gammas en una galaxia a 440 millones de años luz en la constelación de Aries. Estas explosiones de rayos gamma se presentan como los fenómenos más impresionantes que tienen lugar en el universo llegando a liberar más energía en tan sólo unos segundos de la que el Sol podría liberar durante toda su existencia. Este GRB (conocido con la denominación de GRB060218 en recuerdo a la fecha de su descubrimiento) se produjo a una distancia 25 veces menor con una duración 100 veces superior a la mayoría de los GRB. Asimismo se comprobó que este fenómeno correspondía a un tipo relativamente moderado de GRB conocido como destello de rayos X. Su duración de 40 minutos concedió a los astrónomos el tiempo suficiente para poder enfocar hacia él toda una serie de instrumentos, captando sus imágenes a lo largo de toda una serie de longitudes de onda al tiempo que podían observar además su comportamiento. Mientras tanto, científicos encargados del Telescopio de Grandes Dimensiones (Very Large Telescope - VLT) del Observatorio Austral Europeo observaron como la posluminiscencia resultante de la explosión de rayos gamma se hacía cada vez más brillante a la luz óptica, lo que indicaba el nacimiento de una supernova. Días más tarde, la clásica supernova era ya claramente visible. Por vez primera los astrónomos habían podido establecer una relación clara entre el destello de los rayos X y el nacimiento de una supernova. Un equipo dirigido por Paolo Mazzali del Instituto Max Planck de Astrofísica en Garching, Alemania, utilizó los datos proporcionados por el VLT para analizar el tipo de estrella a la que correspondía la que de manera tan espectacular había estallado para crear la supernova. Se calculó que su tamaño equivalía al de un estrella relativamente pequeña (20 veces la masa del Sol), lo que resulta excepcional si se tiene en cuenta que las estrellas que generan supernovas tras la explosión de rayos gamma tienen normalmente un tamaño dos veces mayor. Se cree que las estrellas más grandes que generan GRB fuertes cuando pasan a ser supernovas se transforman en agujeros negros. Sin embargo, en este caso la estrella era demasiado pequeña para convertirse en un agujero negro y el equipo del Dr. Mazzali sugiere que probablemente el fenómeno dio lugar a la creación de un tipo altamente magnético de estrellas de neutrones conocido con el nombre de magnetar. Los astrónomos piensan que las supernovas cuyo nacimiento se relaciona con los destellos de rayos X podrían ser mucho más comunes que las relacionadas con la explosión de rayos gamma. Tal y como comentó el Dr. Mazzali, "Las propiedades de los GRB060218 apuntarían hacia la existencia de una población de fenómenos menos luminosos que los, por así decirlo, clásicos GRB, pero posiblemente mucho más numerosos". "Estos fenómenos podrían efectivamente constituir la forma más abundante de explosiones de rayos X o rayos gamma en el Universo, pero nuestros límites a nivel instrumental sólo nos permiten detectarlos en las regiones del Universo más cercanas". El profesor británico Keith Mason, investigador jefe a cargo del telescopio UVOT en Swift, explicó las razones del entusiasmo de los astrónomos con respecto a esta supernova: "Normalmente estos fenómenos no llegan a detectarse hasta que la supernova ha brillado durante un cierto espacio de tiempo en la longitud de onda óptica, muchos días después haberse producido la explosión inicial", pero en esta ocasión pudimos estudiar el extraordinario fenómeno en toda su grandeza y desde un primer momento".

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