La lactancia materna y la alimentación probiótica pueden proteger a los niños de las alergias, según una Red de Excelencia
La Red de Excelencia GA2LEN ha presentado pruebas de que la lactancia materna, la dieta temprana y la probiótica pueden tener un efecto sobre el desarrollo de las alergias en los niños. GA2LEN, financiada a cargo del VI Programa marco (VIPM), reúne a 26 centros de investigación de toda Europa, así como a la Academia europea de Alergología e Inmunología Clínica (EAACI) y la Federación europea de Asociaciones de enfermos de alergia y de vías respiratorias (EFA). El número de personas que padece alergias ha aumentado de manera espectacular durante las últimas décadas. El fenómeno se hace particularmente patente en los niños, ya que uno de cada tres sufre algún tipo de alergia. GA2LEN pronostica que para 2015, la mitad de los europeos padecerán algún tipo de alergia. «Es comúnmente aceptado que la combinación de factores hereditarios y ambientales es la responsable del desarrollo de la alergia y el asma. Sin embargo, la evolución de estas enfermedades ha tenido una explicación demasiado rápida en la genética solamente», afirman los socios de GA2LEN. Los cambios en la dieta producidos en los últimos 20 a 40 años son una de las explicaciones al aumento de las alergias. En un documento publicado por la revista Clinical and Experimental Allergy Reviews, 12 expertos europeos de GA2LEN alegan que el desarrollo de las alergias podría estar influido por tres factores: lactancia materna, una dieta temprana y la probiótica. «Parece ser que la lactancia materna exclusiva durante cuatro meses contribuye a proteger a los niños contra la alergia a la proteína de la leche de vaca hasta los 18 meses, reduce la probabilidad de padecer dermatitis (alergia cutánea) hasta los tres años, y reduce el riesgo de respirar con dificultad (o asma) hasta los seis años de edad. Sin embargo, los efectos a más largo plazo de la lactancia materna sobre las consecuencias alérgicas no se conocen y requieren ser investigados», afirman los socios. La investigación sugiere también que los bebes que no pueden ser alimentados con leche materna pueden tener la posibilidad de evitar un aumento de la alergia bebiendo fórmulas hipoalérgicas y evitando la ingesta de alimentos sólidos durante cuatro a seis meses. Esto cobra especial importancia si uno de los progenitores tiene un historial alérgico. Una segunda área de importancia parece que es los componentes de la dieta. La investigación sugiere que incluir en la dieta antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E y el selenio, que se encuentran en su mayoría en frutas y verduras, tiene un efecto protector. No obstante, es necesario investigar más sobre éste área. «Gran parte de la investigación que se ha llevado a cabo hasta la fecha no ha sido sistemática en cuanto al enfoque adoptado y ello hace que la elaboración de conclusiones concretas sea muy difícil», afirman los socios de GA2LEN. La Red de Excelencia ha descubierto también otra prioridad de la futura investigación que es la probiótica y la prebiótica. Estos organismos vivos parece ser que protegen contra el desarrollo de alergias al producir cambios en las bacterias del intestino que estimulan el sistema inmune. El documento reclama una mayor investigación en todas estas áreas con el fin de poder identificar modelos dietéticos que pudieran participar en el desarrollo de las alergias y el asma, y de generar una base de pruebas sobre si los aportes complementarios de grasas específicas o la probiótica pueden contribuir a proteger o al tratamiento. «Los estudios necesarios tendrán que ser extensos y estar bien planificados, diseñados y ejecutados. Y es posible que requieran de la colaboración», afirman los socios.