Las antenas de teléfonos no son causa de trastornos breves
Los dolores de cabeza, la fatiga, la ansiedad y la tensión son algunos ejemplos de problemas de salud de breve duración que las personas atribuyen a las antenas de teléfonos móviles. Sin embargo, un nuevo estudio indica que no hay conexión entre esos síntomas y dichas antenas. En este estudio, que fue realizado por la Universidad de Essex durante tres años, se examinó a un total de 158 personas; 44 de ellas se habían quejado de pequeños trastornos de la salud estando en las proximidades de alguna antena de teléfonos móviles. Se expuso a los participantes a señales de 2G y 3G en el laboratorio. Cuando se informó de que se habían activado las señales, quienes decían ser sensibles a las mismas afirmaban sentirse peor. Sin embargo, cuando se realizaron pruebas «ciegas» (sin informar a nadie de cuándo estaban activadas o desactivadas las señales), tan sólo dos de las 44 personas sensibles y otras cinco personas juzgaron correctamente cuándo estaba activada la antena. Durante estas pruebas, tanto en las abiertas como en las «ciegas», los investigadores no lograron detectar cambios considerables en la frecuencia cardíaca, la tensión arterial ni la conductancia de la piel (una manera de medir la respuesta del cuerpo a factores de estrés ambiental) de los participantes. La profesora Elaine Fox, investigadora jefe del estudio, declaró que el próximo objetivo es dar con la causa verdadera de los síntomas de los que se habían quejado 44 participantes. «Está claro que las personas sensibles están sufriendo síntomas reales y que, con frecuencia, tienen una calidad de vida baja. Así pues, ahora lo importante es averiguar qué otros factores podrían ser los causantes de estos síntomas, para que puedan realizarse investigaciones y dar con estrategias de tratamiento adecuadas», señaló. También se investigará el efecto a largo plazo de los campos de radiofrecuencias, emitidos por los teléfonos móviles, en la salud. Según un dictamen reciente del CCRSERI (Comité científico de los riesgos sanitarios emergentes y recientemente identificados) de la Comisión Europea, son pocos los indicios de que el uso prolongado de móviles implique un aumento del riesgo de sufrir tumores cerebrales. Sin embargo, sí se aprecian indicios de una asociación entre el uso prolongado y el neuroma acústico. Dicho Comité recomienda que se haga un estudio de cohortes de larga duración para averiguar más acerca de los efectos a largo plazo del uso de teléfonos móviles, así como un estudio donde se usen dosímetros personales para medir con precisión la exposición individual a campos de radiofrecuencia.
Países
Reino Unido