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Científicos identifican una parte del cerebro que nos hace «pensar dos veces»

Neurocientíficos del University College de Londres (Reino Unido) y de la Universidad de Gante (Bélgica) han descubierto el circuito cerebral implicado en que «pensemos dos veces» y controlemos la conducta impulsiva. Los neurocientíficos describen en Journal of Neuroscience s...

Neurocientíficos del University College de Londres (Reino Unido) y de la Universidad de Gante (Bélgica) han descubierto el circuito cerebral implicado en que «pensemos dos veces» y controlemos la conducta impulsiva. Los neurocientíficos describen en Journal of Neuroscience su descubrimiento de una zona de la corteza frontomedial del cerebro que se activa cuando los seres humanos comienzan a pensar «esto no voy a llevarlo a cabo», y suspenden lo que estaban a punto de hacer. Según los autores del estudio, esta red del cerebro específica está implicada en el autocontrol y controla y limita las acciones deseadas de los seres humanos. Es importante en la vida diaria, donde las decisiones de actuar o no en una situación concreta pueden acarrear consecuencias irremediables. «Muchas personas reconocen esa "vocecilla interior" que impide que uno haga algo, como pulsar la tecla de "enviar" tras escribir un e-mail estando enfadado», afirma el profesor Patrick Haggard del Instituto de Neurociencia de la UCL. «Bastante a menudo tenemos un deseo inmediato de realizar una acción, pero una reflexión sobre las consecuencias más amplias podría, y a veces debería, hacernos cancelar tal acción. Nuestro estudio identifica los procesos del cerebro implicados en esa última reconsideración de lo que estamos haciendo. Estas funciones cerebrales son importantes para la sociedad en general: la capacidad de aplazar una acción evita que seamos egoístas y actuemos impulsados por nuestros deseos inmediatos.» En otros estudios similares anteriores se examinó la capacidad de las personas de cancelar una acción preparada como respuesta a una señal externa, como una señal de stop, por ejemplo. Sin embargo, en este estudio los participantes se prepararon ellos mismos para realizar una acción, pero luego decidieron si llevarla a cabo o aplazarla en el último momento. Esto permitió a los científicos identificar dónde se fundamenta el cerebro para lo que llaman la «inhibición voluntaria de una acción». A continuación, el equipo observó la actividad cerebral en la corteza frontomedial utilizando la tecnología de imagen de resonancia magnética funcional (fMRI), mientras los voluntarios decidían cuándo pulsar un botón. Los científicos descubrieron que una zona pequeña de la corteza frontomedial anterior del cerebro estaba activa únicamente cuando las personas se contenían de realizar una acción que habían preparado previamente. Cuando las personas se preparaban para realizar una acción y la llevaban a cabo, esta zona estaba mucho menos activa. «Queríamos dar con las zonas del cerebro que muestran más actividad cuando las personas preparan una acción y luego la inhiben, a diferencia de cuando preparan una acción y realmente la llevan a cabo», explica el Dr. Marcel Brass the la Universidad de Gante. Los investigadores lograron incluso predecir, observando la actividad cerebral en la corteza frontomedial, con qué frecuencia inhibían acciones voluntarios concretos. Aquellas personas con una fuerte actividad en esta zona aplazaban acciones frecuentemente, mientras que aquellos con una actividad débil pulsaban el botón más frecuentemente, pese a las instrucciones de abstenerse de realizar la acción en algunas ocasiones. «Este puede ser un factor que indique por qué algunos individuos son impulsivos mientras que otros son reacios a actuar», sostiene el profesor Haggard. «Los avances de la técnica de imagen del cerebro nos están acercando cada vez más a una comprensión científica de por qué un individuo es como es. La capacidad de frenar un impulso, reconsiderar y suspender una acción es esencial dado el complejo entorno social en el que vivimos», concluyó.

Países

Bélgica, Reino Unido