Las ciudades de la ciencia exponen sus planteamientos
Cada vez son más las ciudades europeas que fomentan activamente iniciativas de ciencia e innovación para impulsar su crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de su población. En un acto celebrado en Bruselas el pasado 25 de junio, tres de estas «ciudades de la ciencia» (Birmingham, Reino Unido; Lyon, Francia; y Jena, Alemania) expusieron cómo entienden este concepto de ciudad de la ciencia, así como los retos y las oportunidades que se les plantean. Birmingham es la segunda ciudad más poblada del Reino Unido, con 2,3 millones de habitantes. Lleva tras de sí una larga historia de innovación, ya que muchos de los pioneros de la revolución industrial surgieron en esta ciudad, que se granjeó la fama de ser «el taller del mundo». Hoy en día, Birmingham sigue gozando de un buen nombre como centro de negocios. Según la clasificación ECER (European Cities Entrepreneurship Ranking) de 2008, esta ciudad de la región de West Midlands ofrece las mejores condiciones para la empresa en Europa y está entre las mejores ciudades de Europa en cuanto a promoción de la iniciativa empresarial. Al mismo tiempo, la inversión en investigación y desarrollo (I+D) en esta región es baja en comparación con la media de la UE y es insuficiente el número de jóvenes que emprenden carreras de ciencia y tecnología. Birmingham es una de las seis ciudades del Reino Unido que tiene la denominación oficial de «ciudad de la ciencia». Birmingham Science City («Birmingham Ciudad de la Ciencia») está supervisado por un comité que reúne a representantes de la empresa, el sector público y las universidades. Este comité establece proyectos para la demostración de tecnologías en cuatro ámbitos clave (tecnologías de bajas emisiones de carbono, sanidad innovadora, tecnologías digitales e inalámbricas y seguridad). Por ejemplo, en un proyecto, las Universidades de Birmingham y Coventry están utilizando una flota de vehículos que funcionan con hidrógeno. La idea es que, de esta forma, las entidades del sector público vean pruebas fehacientes de la viabilidad de estas tecnologías y las tengan en cuenta a la hora de adjudicar contratos públicos de compra de vehículos similares para sus propias flotas. A más largo plazo, estos proyectos muestran a los inversores de todos los sectores que la ciudad es un centro de innovación e investigación de vanguardia. Francia no dispone de un programa oficial de «ciudades de la ciencia», pero sí de diversos planes e iniciativas de los que se está valiendo Lyon para convertirse también en ciudad de la ciencia. En 2005 el gobierno nacional creó los «Pôles de Compétitivité» (agrupaciones para la competitividad), donde hay representantes del mundo académico, la industria, grandes firmas y pequeñas y medianas empresas (PYME). En todo el país hay 71 agrupaciones. Sólo en el término municipal de Lyon hay 5, y en la región de Rhône-Alps se cuentan 16, más que en cualquier otra región, ni siquiera en París. Al mismo tiempo, Lyon se ha propuesto reunir las distintas instituciones de educación superior e investigación que hay en la ciudad bajo una organización aglutinadora llamada Universidad de Lyon. Hasta el momento se han asociado veinte instituciones que ya se presentan en sus comunicaciones internacionales con la denominación común de Universidad de Lyon. En última instancia, el ayuntamiento se propone que la Universidad de Lyon se sitúe entre las treinta mejores instituciones académicas de Europa de aquí a 2015. La ciudad alemana de Jena tiene un tamaño considerablemente menor que Birmingham y Lyon, ya que sólo tiene 100.000 habitantes. Sin embargo, al igual que ellas, se apoya en una larga tradición de investigación e innovación. La Universidad Friedrich Schiller, con sede en Jena, conmemora este año su 450° aniversario. Actualmente Jena alberga unos treinta centros de investigación. La industria también tiene una fuerte presencia en la ciudad. Por todo ello, la Asociación de Patrocinadores para la Promoción de la Ciencia Alemana (Stifterverband für die Deutsche Wissenschaft) otorgó a Jena el título de Ciudad de la Ciencia 2008. El ayuntamiento ha respondido a este honor estableciendo una alianza de autoridades públicas, empresas, universidades y centros de investigación, todas ellas unidas bajo el lema de «Conocimiento y crecimiento made in Jena». El concepto de las ciudades de la ciencia aún es relativamente nuevo y todavía está por ver la repercusión de estas iniciativas, pero sin duda ya han servido para aglutinar a las diversas entidades interesadas de cada ciudad. Al mismo tiempo, las ciudades de la ciencia existentes han entablado una comunicación que va a más para intercambiar ideas y métodos.
Países
Alemania, Francia, Reino Unido