I+D sobre el embotellado recorta costes y favorece el reciclaje
Las empresas cerveceras que deseen crear botellas nuevas y atractivas para sus marcas deberían considerar lo que cuesta separar las botellas nuevas de las viejas en el proceso de reciclaje. La colaboración entre la empresa alemana de investigación y desarrollo (I+D) Syscona y la cervecera neerlandesa Grolsch ha propiciado el lanzamiento de una botella con nuevo diseño que no sólo es más económica, sino que también facilita el proceso de reciclaje. El proyecto recibió apoyo de la red Eureka, que contribuye a fortalecer la competitividad europea brindando apoyo a empresas, centros de investigación e instituciones académicas que se propongan desarrollar servicios y productos innovadores. Representantes de Grolsch declararon que la publicidad de cerveza embotellada se centra en cómo convencer a los consumidores para que elijan la cerveza de una determinada empresa entre el resto y en cómo comercializar la cerveza en una nueva botella. «La imagen de la marca es importantísima en el mercado», explicó Susan Ladrak-Keppels, directora de planificación de Grolsch. Grolsch informó de que pretendía introducir un nuevo diseño de botella, pero que también quería conocer a la perfección los costes que se derivarían de la tarea de separar las nuevas botellas de las clásicas durante el proceso de reciclaje. Los consumidores neerlandeses suelen devolver las botellas vacías a las tiendas, y éstas a las fábricas para reciclarlas. La empresa neerlandesa decidió cooperar con Syscona, una pequeña empresa ubicada en Freudenberg-Niederndorf (Alemania), para que encontrara una solución técnica para calcular cuántas botellas de Grolsch había en cada palé. Esto ayudaría a mantener al mínimo los costes derivados del proceso de clasificación de las botellas. Grolsch eligió a Syscona tras considerar la información proporcionada por estudios sobre el comportamiento de los consumidores en relación con la devolución de las cajas de botellas vacías a las tiendas. La empresa cervecera presuponía que el porcentaje de botellas de Grolsch que había en las cajas de la parte superior del palé representaba el promedio de botellas de Grolsch que había en todo el palé. El grupo alemán realizó cálculos e indicó que sólo se debían separar los palés que contuvieran más de cierta cantidad predeterminada de botellas de otras marcas. Según la investigación, los palés restantes se podían mandar directamente del almacén de botellas vacías a las cintas transportadoras de rellenado. Las dos empresas completaron la primera fase del proyecto y los resultados mostraron que los neerlandeses generalmente no mezclaban las botellas vacías de marcas distintas. Por lo tanto, instalar una nueva cinta transportadora en la fábrica para clasificarlas, cuyo coste ascendería a 8 millones de euros, sería malgastar el dinero, afirmaron los investigadores. Los palés que tuvieran una pequeña cantidad de botellas de otras marcas se podían mandar a la cinta normal de producción de Grolsch, que no las rellenaría con cerveza Grolsch, añadieron. «Por encima de cierta cantidad de botellas de otras marcas son demasiadas las interrupciones en la cinta, lo que sería ineficiente», afirmó la Sra. Ladrak-Keppels. El grupo alemán también creó una máquina capaz de identificar las botellas de las cajas ubicadas en la parte superior de un palé. El equipo declaró que, aunque se pudieran distinguir las botellas nuevas, las viejas y las inservibles por ser de otras marcas, la máquina se puede programar para que remita los palés con algunas o incluso ninguna botella de otra marca directamente a la cinta de producción y envíe las botellas que sí hay que clasificar a otra zona para retirarlas de forma manual. «Tuvimos que desarrollar toda una nueva generación de sistemas de inspección», afirmó Kurt Spiegelmacher, director técnico de Syscona. «Somos la primera empresa capaz de detectar el contenido de un palé entero.»
Países
Alemania, Países Bajos