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Un estudio esclarece el mecanismo de regeneración de los nervios periféricos

Hace ya mucho tiempo que la ciencia observó una diferencia entre los nervios periféricos y los de la médula espinal: los primeros se pueden regenerar después de sufrir una lesión y los segundos no. ¿A qué se debe esta distinción? Un equipo de investigadores de Alemania y Reino...

Hace ya mucho tiempo que la ciencia observó una diferencia entre los nervios periféricos y los de la médula espinal: los primeros se pueden regenerar después de sufrir una lesión y los segundos no. ¿A qué se debe esta distinción? Un equipo de investigadores de Alemania y Reino Unido ha realizado descubrimientos sobre el mecanismo de regeneración de los nervios periféricos. Los hallazgos de su trabajo, publicados en la revista Cell, podrían conducir a avances en las técnicas de reparación de los nervios periféricos. «Ya se conoce muy bien el proceso de diferenciación celular durante el desarrollo, pero después de una lesión grave, como una amputación, los nervios tienen que volver a crecer», explicó la profesora Allison Lloyd del University College de Londres (UCL), uno de los autores del artículo. «Para ello, al no haber señales de desarrollo, deben recurrir a un mecanismo nuevo.» La regeneración de los nervios es un proceso muy complejo. Los nervios periféricos son células alargadas cuyo núcleo se ubica en la médula espinal, que forma parte del sistema nervioso central (SNC). Desde los nervios periféricos se extienden los axones, que transmiten los mensajes de los nervios a lo largo de las extremidades inferiores. «Cuando un nervio se cercena, todos los axones posteriores al punto de corte degeneran», explicó la profesora Lloyd. La regeneración de los nervios periféricos se inicia una vez los dos extremos entran en contacto a través del tejido dañado. Las células de Schwann, que son las principales células gliales del sistema nervioso periférico (SNP) que sostienen las neuronas, también son componentes decisivos del proceso de regeneración, lo cual se sabía desde hace ya mucho tiempo. Normalmente las células de Schwann se encuentran «en letargo», pero esto cambia cuando una persona sufre una lesión. Según los investigadores, las células de Schwann «se "desdiferencian" y regresan a un estado similar a cuando eran células madre» y ayudan a «restablecer el enlace para reparar las neuronas dañadas». «Las células de Schwann pueden pasar años inactivas en un nervio y, de repente, cambiar de estado», aseguró la profesora Lloyd. «Son células poco habituales.» Los investigadores indican que hay otros tipos de células, como las hepáticas y las endoteliales, que recubren los vasos sanguíneos, que también son capaces de involucionar a un estado similar a cuando eran células madre. Lo novedoso de este estudio, con respecto a investigaciones anteriores, es el hallazgo de que las células de Schwann no pueden reparar los nervios por sí solas, sino que reciben la colaboración de los fibroblastos. El fibroblasto se considera el tipo más común de célula capaz de curar lesiones. «Se trata de una nueva función de los fibroblastos», afirmó la profesora Lloyd, quien dirigió la investigación. «Se sabe mucho acerca de ellos, por ejemplo que siempre están presentes en las heridas. Hemos descubierto una función de los mismos completamente distinta.» Concretamente, las células de Schwann reciben una señal de los fibroblastos que les incita a organizarse en montones o cordones y desplazarse colectivamente partiendo del extremo del nervio cercenado. Seguidamente dichos cordones encabezan la regeneración axónica en la zona más afectada. Estos investigadores han descubierto que la señal efrina-B depende de Sox2, un factor de transcripción responsable de mantener la autorregeneración de las células madre embrionarias no diferenciadas. Otra característica de Sox2 es que es capaz de reprogramar células adultas para que actúen como si de células madre embrionarias se tratase. En ausencia de la señal efrina-B, las células de Schwann «se confunden», lo cual perjudica el proceso de renovación axónica. La profesora Lloyd apuntó que estos descubrimientos pueden servir para mejorar las técnicas de reparación de los nervios periféricos, más cuando el proceso natural es imperfecto. «No es perfecto, pero si una mano es amputada y posteriormente se cose de nuevo, se puede conservar algo de movilidad», comentó. La profesora Lloyd y sus colaboradores buscan ahora métodos para perfeccionar el proceso natural. Para ello estudiarán mecanismos similares que pueden intervenir en la movilidad y la metástasis de cánceres del SNP. «Aún no sabemos, pero no sorprendería que esto guardase relación con la movilidad de otras células», aseveró. A este estudio contribuyeron investigadores de la Universidad de Munster (Alemania) y la Universidad de Plymouth (Reino Unido).

Países

Alemania, Reino Unido

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