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Investigadores europeos dan un impulso a los biocombustibles

Pese a constituir una fuente atractiva de energía desde los puntos de vista medioambiental y económico, los biocombustibles también pueden ejercer un efecto corrosivo en los motores, motivo por el que no pocos consumidores europeos han perdido la confianza en esta clase de ene...

Pese a constituir una fuente atractiva de energía desde los puntos de vista medioambiental y económico, los biocombustibles también pueden ejercer un efecto corrosivo en los motores, motivo por el que no pocos consumidores europeos han perdido la confianza en esta clase de energía no contaminante. Pero ahora un consorcio de investigadores de República Checa, Alemania, España, Finlandia y Reino Unido ha hallado un posible remedio a este inconveniente que podría devolver la confianza en los biocombustibles. Los biocombustibles se derivan de plantas que absorben CO2 de manera natural, por lo que son mucho menos contaminantes y mucho más abundantes que las arenas petrolíferas. No obstante, también contienen una proporción elevada de agua y oxígeno, lo que ejerce un efecto corrosivo en los motores. Los combustibles híbridos para la automoción, como el E10, que se compone de un 10 % de etanol y un 90 % de gasolina, han perdido popularidad rápidamente en algunas partes de Europa. Según una encuesta reciente, cerca del 70 % de los conductores alemanes se muestran escépticos ante el bioetanol y consideran que es perjudicial para el motor de su automóvil. Hasta ahora la industria del transporte ha reaccionado a este problema diluyendo etanol en combustible común y adaptando la gasolina obtenida a los estándares existentes relativos a motores. Pero ahora el equipo de investigadores mencionado, conformado como parte de una agrupación o clúster de investigación de EUREKA, ha adoptado un planteamiento distinto y ha optado por cambiar el motor en lugar de la mezcla de combustible. EUREKA es una plataforma de empresarios dedicados a la investigación y el desarrollo (I+D) en Europa y está compuesta por 39 socios entre los que se encuentra la Comisión Europea. Los clústeres de EUREKA son asociaciones público-privadas estratégicas a largo plazo cuyo objetivo es desarrollar tecnologías genéricas de importancia clave para la competitividad europea. Muchas empresas europeas de primera línea participan en clústeres EUREKA. Dicho equipo se propuso modificar el diseño de los motores para adaptarlos a los combustibles no convencionales. Para ello se replantearon el acabado de cada componente en lugar de modificar sus estructuras tradicionales. «El resultado es no solo una nueva clase de motores adaptados a los biocombustibles; también son menos ruidosos y más duraderos», aseguró la coordinadora del proyecto, la Dra. Amaya Igartua, investigadora sénior del instituto español de investigación Tekniker-IK4. «La cuestión de la calidad de los combustibles mezclados disponibles, causada por su tendencia a absorber agua, ha surtido un efecto perjudicial en el mercado. Por eso tenemos que proceder paso a paso. El propósito primordial del proyecto era el de mejorar una tecnología que ya está disponible adaptándola a los tipos de mezclas de combustibles de uso más extendido, desde E10 hasta E30.» Sin embargo, Iñaki Aguinaga, de Guascor-Dresser Rand, uno de los principales socios industriales del proyecto, puntualizó que el mercado europeo podría no estar listo aún para la introducción de esta nueva tecnología, motivo por el que en el transcurso del proyecto ensayaron sus hallazgos en mercados europeos, concretamente en Brasil y en Venezuela. «Pretendíamos vender en partes del mundo donde los consumidores consideran los biocombustibles una solución viable. Lo que hemos aprendido en este proyecto, es decir, la manera de remediar el efecto corrosivo del biocombustible, podría aplicarse también al uso de gas o biomasa, que también plantean problemas de corrosión.» Una de las desventajas percibidas con respecto a los biocombustibles es que la creciente demanda de materias primas para estos podría provocar un incremento de los precios de los alimentos a escala mundial, pero el equipo de EUREKA asegura que se avecina una nueva generación de combustibles cuyo componente principal no está basado en productos alimentarios. «Nos pareció importante tener en cuenta los llamados biocombustibles de segunda generación y los basados en algas, puesto que representan una fuente de energía muy prometedora de cara al futuro», aseguró Igartua. Este proyecto allana el camino para futuras investigaciones orientadas a la introducción de mezclas de combustibles con una concentración más elevada de etanol.Para más información, consulte: EUREKA: http://www.eurekanetwork.org/

Países

Chequia, Alemania, Finlandia, Reino Unido

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