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Un estudio sugiere que los humanos modernos tienen mejor olfato que los neardentales

Un equipo de científicos financiado por la Unión Europea ha descubierto que los lóbulos temporales humanos, que desempeñan un papel importante en el sentido del olfato, la memoria, el lenguaje y las funciones sociales, son relativamente mayores en el Homo sapiens de lo que era...

Un equipo de científicos financiado por la Unión Europea ha descubierto que los lóbulos temporales humanos, que desempeñan un papel importante en el sentido del olfato, la memoria, el lenguaje y las funciones sociales, son relativamente mayores en el Homo sapiens de lo que eran en los neandertales. Los hallazgos, presentados en la revista Nature Communications, indican que el sistema olfativo del hombre moderno es mejor que el que tenían los neandertales. El estudio fue financiado parcialmente por el proyecto EVAN («Red virtual europea de antropología»), que recibió 3,3 millones de euros en forma de una subvención perteneciente a las Redes de formación mediante la investigación (RTN) Marie Curie del Sexto Programa Marco (6PM) de la Unión Europea. La encefalización, es decir el aumento del tamaño del cerebro con respecto al tamaño del cuerpo, está íntimamente vinculada con la evolución de la humanidad. Sin embargo, dos linajes evolutivos genéticamente diferentes originaron dos especies humanas con una masa encefálica similar. Científicos de Alemania, España e Italia investigaron la evolución del cerebro en el hombre moderno evaluando las diferencias en la forma de la base del cráneo entre especies humanas con cerebros grandes. Los investigadores evaluaron la fosa craneal anterior para determinar si el desarrollo de la frente en el hombre moderno con un alto índice de encefalización y en los neandertales difería en su forma y patrón. Markus Bastir y Antonio Rosas, investigadores del Departamento de Paleobiología del Museo de Ciencias Naturales, una institución perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español, dirigieron el equipo, que utilizó sofisticadas técnicas de imagen médica para acceder a las estructuras internas de fósiles de cráneos humanos. Los investigadores pudieron obtener los resultados deseados mediante análisis morfométricos tridimensionales que les permitieron cuantificar la forma de la base del cerebro según las impresiones que deja éste en la base interior del cráneo. «Las estructuras que reciben información olfativa son aproximadamente un 12 % mayores en los humanos modernos que en los neandertales», afirman los investigadores. Los miembros del equipo creen que los resultados podrían tener importantes implicaciones respecto a la capacidad olfativa y el comportamiento humanos. El tamaño de los bulbos olfativos humanos se asocia con su capacidad para detectar y diferenciar olores diferentes. Los investigadores afirman que el olfato es uno de los sentidos más antiguos en los vertebrados. «Además, es el único que establece una conexión directa entre el cerebro y el medio ambiente», señala el autor principal, Dr. Bastir. Según los miembros del equipo, otros sentidos deben pasar a través de diferentes filtros corticales, pero el olfato va directo del medio ambiente a los centros superiores del cerebro. Según el Dr. Rosas: «El olfato nunca duerme porque siempre estamos respirando y percibiendo olores. Los circuitos neuronales del olfato coinciden con los de la memoria y la emoción, «lo que explica la enorme intensidad emocional que se experimenta al recordar cualquier vivencia asociada al olfato». Para explicar las diferencias en los patrones de desarrollo cerebral entre el Homo sapiens y los neandertales durante una fase crítica del desarrollo cognitivo, el coautor del estudio, Philipp Gunz del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania), asevera: «En el primer año de vida, los cerebros de los neandertales y los humanos modernos se desarrollan de maneras diferentes. Los hombres modernos tienen rostros más pequeños y narices más pequeñas que sus primos los neandertales. Sin embargo, la parte del cerebro que procesa los olores es más grande en los humanos modernos que en los neandertales». Por su parte, el coautor Jean-Jacques Hublin, también del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, comenta: «Se están acumulando pruebas de que los neandertales y los humanos modernos desarrollaron cerebros grandes de manera independiente y de que sus cerebros podrían haber funcionado de formas diferentes. Nuestro estudio ofrece un atisbo de la importancia funcional de estas diferencias en el desarrrollo».Para más información, consulte: Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva: http://www.eva.mpg.de/ Nature Communications: http://www.nature.com/ncomms/index.html Acciones Marie Curie: http://cordis.europa.eu/fp7/people/

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