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TENDENCIAS CIENTÍFICAS: Hogar, dulce hogar. Veinte años viviendo en la estación espacial.

A principios de noviembre de 2000, la Estación Espacial Internacional (EEI) se convirtió por primera vez en un hogar en el espacio.

Investigación fundamental icon Investigación fundamental

El 2 de noviembre de 2000, el astronauta de la NASA William Shepherd y los astronautas rusos Yuri Gidzenko y Sergei Krikalev entraron en la EEI, situada a unos cuatrocientos veinte kilómetros sobre la Tierra, tras el lanzamiento dos días antes. Así, pasaron a ser los primeros miembros de la tripulación de una estación espacial en vivir en un laboratorio en órbita. «Estaba todo cubierto de niebla», comentó Shepherd a «The New York Times». «Un día en que la NASA no hubiera realizado un lanzamiento espacial». A lo que añadió: «Nuestra principal tarea el primer día consistió en montar un cable, una cámara, luces y otros componentes para establecer un enlace espacio-Tierra para una transmisión televisiva en directo».

Los pros y contras de vivir en órbita

Las cosas no salieron según lo previsto y los tres estuvieron moviéndose «como locos durante unas tres horas intentando configurar el equipo, porque ninguno de los componentes estaba donde pensábamos que estaría». Acabaron lográndolo. Al principio, la tripulación recibía instrucciones contradictorias de Houston y Moscú. Shepherd llegó a su límite. «No vamos a hacer eso. Somos la Estación Espacial Internacional. No somos un programa para Houston y otro para Moscú. Y no vamos a seguir un plan hasta que elaboréis un único plan para una única estación. Por tanto, poneos de acuerdo». Y, admite, «fue el momento más feliz que pasé en el espacio». La primera década, aproximadamente, se dedicó a montar y construir la EEI. Después, la atención se centró en la ciencia. La EEI ha albergado a 241 residentes de 19 países y se han realizado 227 paseos espaciales para su construcción y mantenimiento.

El laboratorio espacial, fuente de descubrimientos y avances históricos

Investigadores de ciento ocho países y territorios han llevado a cabo más de tres mil investigaciones científicas en la estación espacial. Desde estudios sobre enfermedades como la demencia de Alzheimer y el síndrome de Parkinson hasta el apoyo a acciones de respuesta a catástrofes, la NASA presenta veinte grandes avances científicos y tecnológicos destinados a mejorar nuestra vida en la Tierra gracias a la EEI. «Creo que la gente quizá no se ha percatado o no recuerda el desafío técnico y programático, por no decir diplomático, que realmente fue la estación espacial», explica Shepherd en un pódcast sobre la misión histórica que dio lugar a una presencia humana continua en la EEI. «Y lo logramos además, que yo sepa, sin ningún problema técnico realmente grave desde el lanzamiento. Hemos completado allí, diría, unas sesenta y tres expediciones, todas ellas exitosas». La NASA ha certificado la EEI hasta 2024 y su «hardware» hasta 2028. Esto coincide con los planes de la NASA de centrarse asimismo en la exploración y el regreso del ser humano a la Luna antes de 2024 en el marco del programa Artemis y en su futura misión humana a Marte. La cuestión de viajar a Marte u otros puntos del sistema solar surgió de forma constante durante el pódcast. «Si piensas en la Estación Espacial Internacional, realmente es un programa para lograr tal objetivo», señala Shepherd.

Palabras clave

Estación Espacial Internacional, estación espacial, NASA, William Shepherd, Yuri Gidzenko, Sergei Krikalev