Un material innovador contribuye al desarrollo de dispositivos electrónicos neuronales
Más de 165 millones de europeos padecen algún tipo de trastorno encefálico, incluidas las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson, la epilepsia, la depresión, el accidente cerebrovascular y las migrañas crónicas. Según la Comisión Europea, una de cada tres personas sufrirán algún trastorno neurológico o psiquiátrico a lo largo de su vida. Pese a que aún no existe una cura para muchos de estos trastornos, su diagnóstico y tratamiento ha avanzado considerablemente. A la vanguardia de estos esfuerzos se encuentran los dispositivos electrónicos neuronales, dispositivos médicos implantados en el cerebro para registrar y estimular la actividad cerebral. «El problema de los dispositivos electrónicos neuronales es que son muy invasivos y que hacen que el tejido circundante se inflame», explica Alexandra Rutz, coordinadora del proyecto financiado con fondos europeos BRAIN CAMO. «A su vez, esto hace que el dispositivo se averíe o que no cumpla con su fin previsto». En la Universidad de Cambridge, Rutz trabajó para remediar esta deficiencia con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie. Su propuesta: un material innovador que podría actuar como una barrera eficaz entre el dispositivo implantado y el tejido circundante.
Potencial en un material resbaladizo
La investigación de Rutz se dedicó al uso de revestimientos líquidos inmovilizados. «Observamos que este material ayuda a reducir la lesión provocada cuando se introducen estos dispositivos en el tejido», explica. «Este es un hallazgo importante, dado que la reducción del traumatismo quirúrgico podría ayudar a mejorar los resultados de los pacientes y reducir el riesgo de complicaciones posquirúrgicas». Una vez demostrada la eficacia del material, Rutz lo aplicó a dispositivos ya existentes, tarea que esto resultó complicada. «Debido a que se trata de un material resbaladizo, se escurre hacia fuera del dispositivo cuando se inserta en el tejido», señala. «Terminamos usando un promotor de la adhesión para fijar el recubrimiento al dispositivo, lo que nos dio la estabilidad necesaria para poder insertarlo». La investigación de Rutz ha contribuido al desarrollo de nuevos dispositivos electrónicos neuronales diseñados para reducir al mínimo el traumatismo tisular. «Este trabajo muestra que las propiedades de la superficie son otra característica que debe tenerse en cuenta al diseñar dispositivos implantables, biocompatibles y de próxima generación», añade.
Realizar conexiones globales
Además de sus importantes hallazgos científicos, el proyecto también ha ayudado a impulsar la carrera de Rutz. Como ciudadana estadounidense, la beca Marie Skłodowska-Curie le dio la oportunidad única de llevar a cabo su investigación en la Unión Europea (UE). «El haber podido vivir y trabajar fuera de mí país ha sido una experiencia de aprendizaje tremenda», destaca. «Estoy muy agradecida por haber tenido la oportunidad de aprender cómo investiga en otras partes del mundo y de conocer y trabajar con los muchos grandes científicos que reúne la UE». En la actualidad, Rutz está poniendo en marcha su propio laboratorio independiente en la Universidad Washington en San Luis (Estados Unidos), donde continuará con su investigación además de trabajar como profesora auxiliar de ingeniería biomédica. «El proyecto BRAIN CAMO cambió mi perspectiva de la vida, tanto personal como profesionalmente», concluye. «Aunque he regresado a Estados Unidos, espero mantener durante toda mi carrera las conexiones que he realizado con científicos europeos».
Palabras clave
BRAIN CAMO, dispositivos electrónicos neuronales, traumatismo, trastorno cerebral, neurológico, dispositivos médicos, actividad cerebral