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The Transformation of Popular Politics in Europe’s Long Nineteenth Century

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Más allá de la votación: cómo la gente común inventó la democracia moderna

Desde las peticiones hasta los piquetes, las herramientas para ejercer la presión política en la sociedad moderna se desarrollaron desde cero. El proyecto TRANSPOP investigó cómo evolucionaron estas herramientas.

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El camino hacia la democracia es largo y requirió el desarrollo de herramientas y procedimientos que permitieran a los ciudadanos realizar cambios dentro de dicho sistema político. El proyecto TRANSPOP, que contó con el apoyo del Consejo Europeo de Investigación, quiso dilucidar cómo la gente común desarrolló las formas de acción colectiva que los ciudadanos europeos conocen hoy. «Nos propusimos descubrir la historia de la participación política popular en Europa, en el largo siglo XIX», explica Peter Stamatov, coordinador del proyecto. «Nos motivó una riqueza que no se refleja en la investigación existente». Un tema fundamental fue la larga transición de la gobernanza monárquica a la democrática. Stamatov añade: «Puedes retroceder en el tiempo y ver eventos como la Guerra de las comunidades de Castilla en España en el siglo XVI, que fue una revolución cuasidemocrática en medio de la Monarquía de los Habsburgo. Se puede ver cómo las personas estaban experimentando con diferentes formas de hacer política».

Expandir los límites

Con el estudio detallado de los registros históricos (periódicos, panfletos y actas de grupos de presión política de toda Europa), Stamatov y sus colegas de la Universidad Carlos III de Madrid se dieron cuenta de que gran parte del avance de la tecnología democrática surgió de aquellos que fueron excluidos de los procesos políticos existentes. «En 1829, las mujeres de Gran Bretaña y los Estados Unidos comenzaron por primera vez a presentar sus propias peticiones al Parlamento y al Congreso, que fueron firmadas y organizadas exclusivamente por mujeres», señala Stamatov. «Esto era muy inusual, se consideraba inapropiado que las mujeres presentaran peticiones, la política era el reino de los hombres». Lo que hizo posible este cambio fue el hecho de que, durante décadas, las mujeres habían participado activamente en organizaciones caritativas y misioneras, y podían aplicar esas habilidades y su reputación como activistas en el ámbito político. Estas peticiones incluían llamamientos para acabar con el satí, el ritual de autoinmolación de las viudas en la India controlada por los británicos, y poner fin a la expulsión forzosa del pueblo cheroqui por parte del presidente de los Estados Unidos, Andrew Jackson. «Las mujeres no surgieron como fuerza política para conseguir el derecho al voto femenino, sino que encontraron un espacio para expresar las opiniones políticas sobre cuestiones que eran de naturaleza humanitaria», añade Stamatov. Otro patrón que advirtió el equipo fue la redefinición de conceptos centrales para llamar la atención sobre los problemas. «Se puede ver cómo se cambió el significado de la palabra esclavitud. La palabra se usó con arrogancia para denotar la falta de derechos políticos, pero los activistas la reorientaron para expresar el sufrimiento de las personas esclavizadas en las colonias», explica Stamatov.

Fragilidad democrática

Si bien los Estados Unidos y el Reino Unido conservaron el derecho de petición en sus leyes, este no fue el caso en Europa continental. Las innovaciones de este tipo tuvieron que desarrollarse y difundirse por toda Europa para afianzarse en el proceso político. A lo largo del siglo XIX, la gente siguió mirando al mundo angloamericano en busca de técnicas democráticas para adoptar para sus propios fines. Estas ideas convergieron y se normalizaron como formas de expresión política en el siglo XIX. Stamatov y sus colegas están preparando una monografía para compartir sus hallazgos. Dice que la investigación ha puesto de manifiesto lo frágiles que son nuestras democracias: «Las generaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial estamos mal acostumbradas. Estamos habituados a la gobernanza democrática, creemos que así es como funciona el mundo». «Pero, si uno mira el pasado, se dará cuenta de que lo que damos por sentado es el resultado de muchas luchas prolongadas. Esto me hace apreciar aún más el logro de la participación democrática».

Palabras clave

TRANSPOP, democracia, participación, petición, esclavitud, satí, política, innovación, ciudadanos, revuelta, monarquía

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