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Do droughts self-propagate and self-intensify?

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Revelación de las causas climáticas de las sequías

Las sequías plantean un problema importante, pero todavía no se comprenden del todo. Un proyecto financiado con fondos europeos creó nuevos marcos para ayudar a explicar cómo empiezan y evolucionan.

Las sequías causan importantes daños a muchas comunidades de todo el mundo, al perturbar la agricultura, destruir bosques y provocar una devastadora escasez de agua. Se prevé que el cambio climático empeore tanto la intensidad como la frecuencia de las sequías. Sin embargo, los modelos actuales no ofrecen una imagen completa, debido al desconocimiento de la influencia de la sequía terrestre en el estado de la atmósfera y, a su vez, en las precipitaciones. Estas retroalimentaciones implican muchas interacciones complejas, lo que dificulta la asignación de vínculos causales. «Imaginemos, por ejemplo, que el suelo se seca coincidiendo con la escasez de lluvias», comenta Diego Miralles, ecohidrólogo de la Universidad de Gante. «¿La falta de precipitaciones es a la vez causa y consecuencia de la desecación del suelo? Con nuestros actuales sistemas de observación, no podemos saberlo directamente», añade Miralles. El equipo del proyecto financiado con fondos europeos DRY-2-DRY, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, analizó datos satelitales y mediciones sobre el terreno, y utilizó modelos novedosos para comprender mejor la evolución de las sequías y las olas de calor, así como la influencia de las retroalimentaciones terrestres en esta evolución.

Comprensión de los mecanismos subyacentes a las sequías

La hipótesis —respaldada por el análisis de los investigadores— era que, cuando se produce una sequía en el suelo, la reducción de la evaporación contribuye a la sequedad y el calentamiento del aire circundante. Este fenómeno intensifica las condiciones de sequía y las olas de calor a escala local, pero también contribuye a crear condiciones similares a sotavento. Miralles comenta: «Esto implica que las sequías y las olas de calor pueden propagarse en el tiempo y el espacio por sí mismas al secar la superficie terrestre. Igual que un incendio forestal». Estas retroalimentaciones positivas no son necesariamente solo locales, ya que ciertas regiones pueden depender del agua que normalmente se transporta desde una región afectada por la sequía. «Este mecanismo también explica en gran medida por qué las sequías y las olas de calor ocurren frecuentemente como fenómenos compuestos, lo que provoca efectos catastróficos en las sociedades y los ecosistemas», señala Miralles. El equipo demostró por primera vez que las sequías y las olas de calor pueden deberse a la desecación de lugares situados a barlovento. «Este parece ser uno de los principales motores de las olas de calor en latitudes medias y un desencadenante de sequías en regiones semiáridas», explica Miralles.

Máximo aprovechamiento de la información de los datos satelitales

El equipo DRY-2-DRY procesó datos satelitales para estimar la evaporación terrestre y la humedad del suelo. Para determinar el efecto de la evaporación terrestre en las condiciones atmosféricas y la posterior precipitación, combinaron los datos satelitales con nuevos modelos atmosféricos. «Estos modelos son capaces de resolver la evolución local diaria de la capa límite atmosférica —los últimos cientos de metros de la atmósfera en la que vivimos— y, por tanto, estimar la influencia de la evaporación y la humedad del suelo en la temperatura y la humedad del aire», cuenta Miralles.

Mejoras de los modelos climáticos

Dado que los modelos climáticos actuales no consiguen representar estas complejas retroalimentaciones, los nuevos resultados podrían ayudar a la comunidad científica a hacerse una idea más precisa de la evolución de nuestro clima. «El proyecto puede contribuir a un esfuerzo comunitario para mejorar las predicciones futuras y las previsiones tempranas de estos fenómenos extremos con el fin de atenuar los devastadores efectos que tienen en los ecosistemas y las sociedades», destaca Miralles. Los resultados también podrían utilizarse sobre el terreno para mitigar los efectos de la sequía mediante la ordenación territorial. «Por el momento, nuestros hallazgos son preliminares. En los próximos años estudiaremos las posibilidades de gestionar la ocupación del suelo para poder reducir la magnitud futura de las sequías, las olas de calor y los episodios de estrés térmico. El trabajo puede centrarse en las tierras utilizadas por las sociedades más vulnerables», concluye Miralles.

Palabras clave

DRY-2-DRY, sequía, ola de calor, satélite, datos, mediciones, incendios forestales, clima, modelos

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