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Mental health monitoring through interactive conversations

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Desarrollo de chatbots para promover la salud mental

Las herramientas conversacionales, desarrolladas con los usuarios finales y orientadas a situaciones específicas, podrían constituir un recurso valioso para las personas con problemas de salud mental.

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El aumento de la esperanza de vida ha ido acompañado de un incremento de las enfermedades crónicas no mortales, entre las que se incluyen las enfermedades mentales. Según la Organización Mundial de la Salud, los trastornos mentales representan el 26 % de la carga de enfermedades en los países de la Unión Europea. «A pesar del gran número de personas que sufren depresión, ansiedad u otros trastornos mentales, la cobertura del tratamiento es bajísima», comenta la coordinadora del proyecto MENHIR, Zoraida Callejas, de la Universidad de Granada (España).

Apoyo, atención personalizada y suministro de recursos

En el proyecto MENHIR, financiado por las acciones Marie Skłodowska-Curie, se pretendía hacer frente a este problema con el desarrollo de una tecnología conversacional que prestará apoyo en todo momento, atención personalizada y recursos. «Para lograrlo, queríamos determinar las fortalezas, las limitaciones y los requisitos de los chatbots de salud mental y, a continuación, crear esta tecnología conversacional en colaboración con las personas que padecen ansiedad o depresión leve», comenta Callejas. En primer lugar, el equipo del proyecto comprobó la importancia de la información lingüística (las palabras que elegimos para expresarnos), la información acústica (cómo las decimos) y el comportamiento conversacional (por ejemplo, nuestros silencios durante la conversación o cómo nos turnamos con nuestros interlocutores) para identificar patrones indicativos de ansiedad y depresión. A continuación, se trabajó en equipos multidisciplinares, que incluían a los usuarios finales, para desarrollar la tecnología conversacional. «Este método de creación conjunta posibilitó desarrollar una tecnología adecuada para diferentes supuestos —explica Callejas—. Por ejemplo, una solución consistió en ejecutar un chatbot recordatorio inteligente, que complementa el apoyo ofrecido por las organizaciones sin ánimo de lucro, para mantener al día a los usuarios de los planes de actividades adaptados para ellos a través de interacciones escritas y habladas».

Avanzar en los servicios digitales de salud mental

Callejas cree que el proyecto tuvo éxito al demostrar la utilidad de los chatbots para promover la salud mental. «Pueden ofrecer un espacio para que los usuarios expresen sus pensamientos y sentimientos sin sentirse juzgados, reduciendo así el estigma que se suele asociar con la salud mental —comenta Callejas—. También se puede acceder a ellos en cualquier momento». Otro resultado relevante fue la importancia de seguir un método de creación conjunta basado en pruebas. El equipo del proyecto también corroboró que las características relacionadas con el habla, el lenguaje y la conversación pueden ser marcadores útiles para detectar estados de ansiedad y depresión. Callejas agrega: «Los chatbots deberían proporcionar mecanismos que posibiliten a los usuarios decidir qué información se puede recopilar, así como qué se comparte con los profesionales sanitarios. Y si bien la capacidad de los chatbots para iniciar conversaciones es importante, este comportamiento debe ser predecible y explicable». Los resultados del proyecto se han difundido a través de más de cien presentaciones y publicaciones en congresos, libros y revistas, y se han comunicado al público general a través de artículos de blog, jornadas de puertas abiertas y actividades divulgativas.

Buenas prácticas en inteligencia artificial y asistencia sanitaria

MENHIR también ha tenido un impacto positivo en los investigadores noveles participantes. Se organizaron diferentes actividades de formación, incluidas dos escuelas doctorales de verano y múltiples actos científicos. «El proyecto ha creado una red sostenible de organizaciones de dentro y fuera de la comunidad científica e investigadora, que continuará una vez finalizado el proyecto —destaca Callejas—. Creemos que nuestro legado duradero reside en la impronta permanente que ha dejado en todos los miembros de MENHIR». El proyecto fue también uno de los creadores del grupo Cancer Survivorship - AI for Well-being, que reúne a doce proyectos financiado con fondos europeos. «El objetivo del grupo es dejar de trabajar en compartimentos estancos y establecer un foro de colaboración para compartir las mejores prácticas en inteligencia artificial y asistencia sanitaria», concluye Callejas.

Palabras clave

MENHIR, chatbots, sanidad, salud mental, depresión, inteligencia artificial, cáncer

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