Para comprender mejor la superconductividad de alta temperatura
En 1986 se desarrollaron materiales tan novedosos que presentaban la propiedad de ser superconductores a temperaturas de nada menos que 100 K (-173° C) y superiores. Hasta entonces la superconductividad únicamente se había observado a temperaturas extremadamente bajas, esto es, a temperaturas de unos cuantos grados por encima del cero absoluto (0 K ó -273° C), siendo ésta la temperatura más baja que permite la naturaleza. Los superconductores son materiales cuya resistividad eléctrica se anula. Las corrientes transmitidas por circuitos superconductores sin pilas tienen una duración de varias semanas sin registrar disminución experimental alguna. El único inconveniente es que el circuito debe ser mantenido a temperaturas muy bajas. Sin embargo, la diferencia es mucha entre 0 K y 100 K. Con la explicación de la superconductividad "corriente" contrasta la falta de aclaración de la superconductividad de alta temperatura. Parece ser que aunque ambos fenómenos tienen una expresión muy parecida, los mecanismos condicionantes son muy diferentes. Con este proyecto se arroja luz sobre otro efecto sumamente peculiar de los SAT y superconductores, el denominado efecto Josephson. El físico galés Brian Josephson, con 22 años de edad, predijo la posibilidad teórica del paso de una corriente eléctrica en la unión de dos superconductores, separados por una capa de dieléctrico. Poco después llegaría la demostración experimental de dicho argumento. Esta configuración se da en la celda unitaria de SAT, en la que los planos de CuO2 muy conductores vienen separados por una capa aislante. Gracias al estudio de este efecto se van abriendo paso nuevos avances tecnológicos, mientras se presenta la perspectiva de hacer uso de los SAT en detectores y generadores de radiaciones submilimétricas.