Nanotecnología para el análisis (bio)químico
El proyecto BIOFINGER desarrolló una tecnología versátil, económica y de uso sencillo para aplicaciones sanitarias, ambientales y de otro tipo basada en la medición de las interacciones moleculares. Concretamente, se han probado con éxito sensores integrados de micro y nanocantilever para detectar marcadores de tumores y virus en los diagnósticos clínicos y preclínicos. La idea básica que se esconde detrás de estos sensores de cantilever es el efecto piezorresistente, por el que una tensión mecánica aplicada origina una resistencia eléctrica variante de un material. Los cantilever con forma de U con un grosor de un submicrón pueden generar un voltaje eléctrico proporcional a la desviación diferencial entre los cantilever. Compuestos de silicio policristalino, los cantilever nanomecánicos forman conjuntos de dos y cuatro cantilever en un solo chip. La estructura del cantilever con una punta llana permite medir las fuerzas intermoleculares cuando se produce la unión de un cantilever funcionalizado con una superficie funcionalizada de otra manera. Además, los chips de cantilever piezorresistentes correctamente modificados son compatibles con el microscopio de fuerza atómica (AFM) y se pueden usar en las mediciones de detección de fuerzas. Los cantilever de punta llana se pueden emplear en el diagnóstico in-vitro, que se basa en la detección de proteínas en concentración baja y constituye una excelente aplicación en la atención sanitaria humana. Otra posible aplicación es el desarrollo de instrumentos de gran sensibilidad para pruebas realizadas cerca del paciente. Se prevé que los cantilever modificados puedan tener aplicaciones de AFM tales como el desarrollo de todos los instrumentos AFM eléctricos.