Los puertos, un reflejo de los océanos que bañan Europa
Los puertos resultan fuertemente afectados por las condiciones marinas y oceánicas y por la contaminación del entorno, por ejemplo en caso de derrames de petróleo. Ello obliga a mejorar la obtención de información, el seguimiento y la vigilancia ambientales en las inmediaciones de los puertos de Europa. Un proyecto europeo denominado PEARL («Recolector de información sobre el medio ambiente portuario») ha desarrollado una plataforma que reúne geoinformación pertinente (principalmente meteorológica, oceanográfica y relacionada con la contaminación y la calidad del agua) para facilitar su aprovechamiento. Su sistema de gestión portuaria extrae datos procedentes de estaciones de teledetección y de sistemas espaciales de observación. Según los socios de PEARL, no es frecuente que las autoridades portuarias se valgan de la tecnología de observación de la Tierra. Sin embargo, existen proyectos europeos como Mersea («Medio ambiente marino y seguridad para la región europea») que han demostrado la gran utilidad que tienen para los puertos los productos oceanográficos innovadores que cuentan con información espacial. En primer lugar, los socios del consorcio tuvieron que concretar la tarea que debían llevar a cabo. Para ello realizaron un estudio sobre varios puertos europeos y descubrieron, entre otros aspectos, que la mayoría se ubicaban en la ribera de ríos o en estuarios y rías y que la mayoría se dedican a la gestión de cargas generales. Además, la mayoría gestionaba menos de 250\;000 TEU (unidades equivalentes a 20 pies) al año y su facturación, pese a ser variable, registraba una media anual de 68 millones de euros. Según las autoridades portuarias, las cuestiones más destacadas desde el punto de vista de la gestión medioambiental de los puertos eran la turbidez (y los procesos de sedimentación), la información meteorológica (sobre todo sobre el viento), la calidad del agua, las corrientes, los derrames de petróleo y la calidad del aire. Para hacer frente a esta diversidad de circunstancias, el consorcio de PEARL, que funcionó hasta diciembre de 2008, era consciente de que su plataforma tenía que ser versátil y escalable, de manera que resultase útil tanto para puertos pequeños como para grandes. PEARL consiguió lo que se propuso al crear un sistema de gestión sencillo de usar que facilita las operaciones portuarias diarias y la gestión del medio ambiente. El sistema se probó en los puertos de Barcelona (España), Tallin (Estonia) y Southampton (Reino Unido). Los usuarios confirmaron que la información satelital mejoraba considerablemente este recurso informativo. No obstante, los socios del proyecto admiten la existencia de algunos aspectos que requieren una investigación más profunda. Uno de ellos es la forma de optimizar el uso de los datos de observación de la Tierra y de compensar el elevado coste inicial que acarrean unos sistemas de seguimiento dotados de tal grado de sofisticación. En definitiva, los investigadores recomiendan explorar formas de fomentar la cooperación y el intercambio de información entre las distintas agencias y autoridades marítimas nacionales, comunitarias e internacionales, por ejemplo para racionalizar la cadena logística y lograr una gestión más sostenible.