Petroleros en perfecto estado tras las reparaciones
El petrolero Erika, que se partió durante una tormenta en 1999, derramó más de 10 000 toneladas de fuel oil pesado. Para evitar que catástrofes similares se produjeran en el futuro, la Unión Europea modificó la legislación. Pese a ello, siguen ocurriendo desastres marítimos en aguas europeas, como se demostró en el año 2002 con el hundimiento del petrolero Prestige. Las deficiencias estructurales pueden haber desempeñado un papel importante en numerosos accidentes de petroleros. Los resultados de la investigación realizada tras la catástrofe del Prestige señalaron la necesidad de mejorar las técnicas empleadas para detectar los defectos y los puntos débiles, tanto durante las reparaciones como tras las mismas, y de desarrollar técnicas capaces de reducir los efectos negativos de las reparaciones. El proyecto ALERT («Evaluación del efecto en el ciclo de vida de las reparaciones en buques cisterna»), financiado por la Unión Europea, se propuso abordar estos aspectos y trató de emprender un examen exhaustivo de las prácticas de reparación de buques actuales para, en consulta con la industria, recomendar mejoras a los procesos que subyacen a las mismas. Las posibles áreas para investigación y desarrollo (I+D) estudiadas por los socios de ALERT incluyen las prácticas de restauración de buques, el seguimiento del estado de los barcos, los métodos de evaluación estructural relacionados con la reparación de los mismos y la gestión de su ciclo de vida. La experiencia y los conocimientos adquiridos se pusieron a disposición de la industria, las instituciones académicas y el público en general mediante publicaciones, presentaciones en congresos y a través de la página web del proyecto.