Una iniciativa integral para las cuencas hidrográficas
Una cuenca hidrográfica se compone de las riberas de un río, su fondo y sus conexiones con otros hábitats terrestres y acuáticos. Con el fin de abarcar todas las áreas bajo la influencia del agua, drenada en última instancia al mar, resulta imprescindible implantar un método de gestión integral de las cuencas hidrográficas que sea válido para cualquier región. La gestión desde un punto de vista exclusivamente hidrológico tiene un alcance muy limitado. Sin embargo, el empleo de un método integral permitiría tener en cuenta no solo el agua, sino también el suelo y el limo, los cuales se ven afectados por la contaminación, las inundaciones y otros factores relacionados con las cuencas hidrográficas. Con el fin de organizar toda la investigación anterior acerca de las cuencas hidrográficas y de elaborar un plan de actuación coordinado, el equipo del proyecto Riskbase («Acción coordinada para la gestión de riesgos en las cuencas hidrográficas»), financiado por la UE, celebró una serie de reuniones, entre las que se incluyeron talleres participativos y una asamblea. Los científicos del proyecto emplearon un sistema ya existente de intercambio de información a través de Internet para difundir sus resultados, con el fin de atraer a la mayor cantidad posible de participantes y colaboradores. Los efectos perjudiciales para las cuencas hidrográficas provienen fundamentalmente de la contaminación agrícola e industrial, las actuaciones de ingeniería hidráulica relacionadas con la navegación, el suministro de agua y el control de inundaciones. Esta propuesta para la evaluación de riesgos ha estudiado uno de los principales problemas que afectan a estas regiones, consistente en que la rehabilitación de un componente del sistema tiene frecuentemente un impacto negativo en otros aspectos ambientales. El proyecto Riskbase aplicó tres principios fundamentales al diseño del método integral: la gestión adaptativa, el empleo de la mayor cantidad de información posible y la participación de todas las partes implicadas. Los aspectos ecológicos se valoraron frente a los beneficios económicos, empleando un método de gestión flexible basado en la experiencia acerca de la respuesta del sistema para reducir las incertidumbres. Un equipo asesor interdisciplinar compuesto por planificadores, científicos y agencias políticas aportó su visión al proyecto. La principal recomendación salida de este estudio, de tres años de duración, fue la creación de una red de comunicación entre cuencas hidrográficas concretas, con el fin de mejorar la gestión y facilitar la implantación de prácticas adecuadas. Además, los científicos han planteado la necesidad de que las futuras iniciativas de investigación empleen un método integrado desde el principio. El proyecto Riskbase también señaló la conveniencia de desarrollar una iniciativa europea relacionada con esta área, lo que permitiría fortalecer su influencia favoreciendo la aceptación de las propuestas. La implantación de una estrategia integrada y efectiva de gestión de las cuencas hidrográficas, flexible y válida para diversas regiones europeas, tendría un importante impacto, tanto ambiental como económico. Globalmente, esto permitiría aumentar la competitividad de Europa, sin afectar negativamente al medio ambiente ni generar más contaminación.