Competencia amistosa
La RFM incluye los impuestos sobre la energía y el transporte, así como los que reflejan las emisiones de carbono. Si bien la reducción de las emisiones de carbono ha sido documentada en diversos estudios, sus efectos generales sobre el crecimiento económico, la competitividad y el empleo hasta ahora no habían sido tratados debidamente. Los socios del proyecto Cometr («Efectos sobre la competitividad de las reformas fiscales medioambientales») estudiaron los efectos de las RFM en la competitividad, centrándose en las industrias con uso intensivo de energía. El estudio difiere de otros en que, en lugar de fijar expectativas, los investigadores utilizaron experiencias reales (a posteriori) relacionadas en concreto con la fiscalidad de la energía y las emisiones de carbono. Como marco de referencia para evaluar la vulnerabilidad y tomar en cuenta los efectos sobre la competitividad, los investigadores analizaron las condiciones del mercado mundial. Para examinar las repercusiones a largo plazo de la RFM sobre la utilización de la energía y las emisiones de carbono por sectores específicos en los siete Estados miembros de la Unión Europea que ya están aplicando sus RFM, los miembros del consorcio Cometr utilizaron técnicas de modelización convencional ascendente («bottom-up»), que complementaron con el diseño de modelos dinámicos de los efectos a corto y largo plazo de la fiscalidad medioambiental sobre la competitividad, para los Estados miembros por separado y la Unión Europea en su conjunto, utilizando el modelo informático de los sistemas económicos y energéticos de Europa y el medio ambiente E3ME de Cambridge Econometrics, que recoge los efectos interindustriales y otros efectos indirectos. Por último, los socios del proyecto analizaron las experiencias de mitigación de cara a recoger datos que permitieran mejorar la eficiencia de la misma. En resumen, el proyecto Cometr ha colmado algunas lagunas en los conocimientos sobre los efectos de la fiscalidad medioambiental sobre la competitividad y el crecimiento económico basándose en la evaluación de experiencias reales de industrias con uso intensivo de energía en los siete países que ya tienen RFM en marcha, además de elaborar modelos que pueden facilitar la extensión de dichas reformas a otros Estados miembros de la Unión Europea y a ésta en su conjunto. Los resultados deberían mejorar la capacidad para desarrollar políticas que sean respetuosas con el medio ambiente sin, por ello, ser hostiles a las industrias e impedir el crecimiento económico.