Mejoras en el control de los fluidos corporales durante la hemodiálisis
Los riñones sanos «limpian» o filtran la sangre, eliminando los desechos, el exceso de fluidos y de sal. Además, preservan el equilibrio de determinados iones como el potasio y el sodio, lo que, junto con las funciones anteriores, hace que resulten clave en el mantenimiento de la tensión arterial. La HD es un proceso estandarizado pero complicado, que implica la movilización de un enorme volumen de sangre. Habitualmente, debe realizarse varias veces por semana. En la actualidad, el seguimiento y el control del volumen de fluidos en el organismo durante la diálisis resulta difícil, produciéndose complicaciones agudas relacionadas con la inestabilidad hemodinámica durante el tratamiento en cerca de un cuarto de los pacientes. Estos problemas producen un tremendo malestar, lipotimias y vómitos, y requieren largos períodos de recuperación. En la actualidad, no existen métodos que permitan controlar la distribución de los fluidos a través de Internet de manera precisa. El objetivo de los investigadores del proyecto Haemoscan consistió en desarrollar un sistema basado en un sensor de bioimpedancia no invasivo que permitiese analizar muestras de sangre durante la realización de la HD, correlacionando las mediciones con la inminencia de las crisis de hipotensión mencionadas anteriormente y haciendo posible de esta forma la modificación de las condiciones de la diálisis, lo que permitiría evitar las complicaciones. Tal y como muestran los resultados preliminares, el empleo de la herramienta desarrollada por Haemoscan induce variaciones en los parámetros corporales de los pacientes. La realización de análisis más detallados debería permitir determinar correlaciones entre la presión del equipo de HD y las medidas de bioimpedancia, haciendo posible la calibración del instrumento. La introducción del sistema desarrollado por Haemoscan en el mercado podría suponer una mejora drástica en las condiciones de vida de una amplia población vulnerable. Además, el sistema podría impulsar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas europeas (PYME) europeas en un sector dominado por grandes multinacionales, permitiendo la producción de instrumentos para el tratamiento primario.