Grandes logros de IDT — ¿Qué tal los nervios?
Gillian Hendy tiene veintinueve años, pero cuesta creerlo si se consulta su currículum vítae. Estudió electroquímica y, aunque lo niega, es aventurera por naturaleza. En la actualidad, la Dra. Hendy disfruta de una beca Marie Curie de salida a terceros países concedida por la Unión Europea. Ésta consiste en una estancia de tres años organizada entre su centro de origen, la Universidad Nacional de Irlanda en Maynooth y el Laboratorio Robert Langer del Instituto Koch, perteneciente al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En él, ayuda a desarrollar nuevos biomateriales para la ingeniería tisular que en el futuro podrían mejorar considerablemente el tratamiento de enfermedades cerebrales degenerativas. La ingeniería tisular es un proceso que facilita la regeneración de tejidos dañados o enfermos del organismo humano (como los huesos, la piel y los músculos) al introducir un soporte o andamiaje biológico creado en laboratorio que, generalmente, se retira mediante una intervención quirúrgica una vez confirmado el éxito del tratamiento. La Dra. Hendy trabaja en el desarrollo de nuevos materiales biodegradables para ingeniería tisular capaces de liberar fármacos en el lugar de implantación. El proyecto de esta investigadora, «Conducting organic materials for tissue engineering and drug delivery» (COMET), se centra especialmente en el uso de estos materiales para la regeneración de los nervios periféricos, como los de las extremidades, lo cual podría traducirse en una recuperación más rápida de las lesiones. «Una persona pueden recuperarse de una lesión de los nervios periféricos porque las células nerviosas tienen la capacidad de regenerarse de forma natural, pero necesitan una guía para que los neurotransmisores, las señales químicas del organismo que ordenan a los músculos que se muevan, puedan seguir transmitiendo su señal al músculo.» «Pero si el nervio está muy dañado, la regeneración puede tardar mucho tiempo, por lo que es necesario implantar una vía alternativa para estimular los músculos (hacer que se contraigan) o, de lo contrario, se atrofiarán», explica la Dra. Hendy. «Estamos tratando de regenerar los nervios con más rapidez para detener la muerte del músculo y acelerar la recuperación del paciente.» Un método nuevo y estimulante Hoy en día, si una persona presenta una herida por arma de fuego y se observa una separación grande entre los nervios, los cirujanos toman tejido sustituto del pie del paciente, por ejemplo, y lo implantan en el área de la lesión para hacer que los nervios se regeneren siguiendo la trayectoria del nervio implantado. Esta técnica presenta sus ventajas e inconvenientes, puesto que el paciente ha de someterse a varias intervenciones y pierde sensibilidad en la zona de donde se extrajo el nervio. Puede ser un proceso invasivo de principio a fin y, según la Dra. Hendy, es como robarle a uno para pagar a otro. «Nuestro trabajo consiste en encontrar una alternativa mejor a este método. Pero el gran problema al que nos enfrentamos es hallar un material con propiedades conductivas adecuadas (polímero) que sea además biodegradable y biocompatible (que el organismo lo admita)», explica. «Los materiales metálicos son extraordinarios conductores, pero no son biodegradables, y se tienen que extirpar más adelante. Otros materiales se disuelven en el organismo, por lo que no es necesario retirarlos, pero son menos conductivos, por lo que la electroestimulación que aplicamos al andamiaje se desvanece.» El material, fabricado con polipirrol, que se está probando actualmente fuera del organismo en el MIT funciona bien en la administración farmacológica de neurotransmisores. El siguiente paso, según sugiere la Dra. Hendy, será probar el nuevo andamiaje y el doble impulso electroquímico in vitro para la regeneración de nervios periféricos. «Después lo normal sería tratar de ampliar los resultados para tratar enfermedades cerebrales neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.» Aún es muy pronto, insiste la joven científica, y el uso de la electroestimulación cerebral podría tener riesgos importantes para la función motora, el habla, etc., pero los neurotransmisores de los nervios periféricos no son muy diferentes de los que actúan en el cerebro y los procesos en los que trabajan la Dra. Hendy y sus compañeros del MIT presentan resultados prometedores. En los próximos meses, esta investigadora confía en publicar algunos de los resultados preliminares en la revista «Advanced Materials». - Nombre completo del proyecto: «Conducting organic materials for tissue engineering and drug delivery» - Acrónimo del proyecto: COMET - Número de referencia del proyecto: 252534 - Nombre/país del coordinador del proyecto: Gillian Hendy, Universidad Nacional de Irlanda en Maynooth - Coste total del proyecto: 244 498 euros - Aportación de la Comisión Europea: 244 498 euros - Inicio y finalización del proyecto: marzo de 2011 a marzo de 2014 - Países de los demás socios: Estados Unidos