La sostenibilidad de las islas alcanza niveles inéditos
La energía renovable resulta clave para la sostenibilidad, sobre todo en islas apartadas que no pueden acceder a infraestructuras de suministro energético a gran escala. En virtud del proyecto financiado con fondos europeos INRES, tres regiones isleñas emprendieron una colaboración para promover la innovación en este ámbito. Concretamente participaron la isla de Creta (Grecia), Samso (Dinamarca) y las Islas Canarias (España). En cada región isleña se estableció una agrupación de investigación compuesta por tres socios, en particular una autoridad pública, una entidad dedicada al desarrollo y una empresa industrial, dando especial protagonismo a las pequeñas y medianas empresas (PYME). El proyecto en conjunto fue gestionado por una empresa consultora sita en Italia especializada en la transferencia de tecnología y la mejora del trabajo en red. La primera parte del proyecto consistió en analizar competencias fundamentales, prioridades de investigación de cada región, repercusión económica de las políticas sobre energías renovables y dinámicas de transferencia de tecnología. El equipo del proyecto investigó asimismo las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y estudió políticas relativas a la industria en materia de reducción de CO2, además de identificar políticas europeas dedicadas a las FER. Seguidamente, el equipo de INRES articuló un plan comercial a largo plazo así como un plan de actuación que abarcaba políticas y estrategias de investigación en el ámbito de las FER, además de una agenda común de desarrollo de energías sostenibles. En consecuencia cada región isleña estableció su agrupación de investigación e implantó un tipo de energía renovable. Las Islas Canarias desarrollaron productos y servicios medioambientales relacionados con sistemas de calidad medioambiental, tratamiento de residuos, energía y suministro hídrico, gestión de la contaminación y desarrollo sostenible, prestando atención a la maquinaria electromecánica relacionada. Creta desarrolló políticas sobre energías renovables y estudió su efecto en las PYME, especializándose en paneles fotovoltaicos y sistemas de control térmico para el sector de la hostelería. Por su parte, Samso ayudó a empresas locales a integrar FER relacionadas con aerogeneradores y centrales de energía térmica barriales. En concreto se desarrollaron paneles solares, instalaciones de calefacción subterráneas y novedosos sistemas domésticos. A través de estas tres agrupaciones, el proyecto impulsó la transferencia de conocimientos entre las regiones participantes gracias a talleres e intercambios de personal. En suma, las iniciativas científicas de este proyecto dieron lugar a numerosas publicaciones que podrían resultar de ayuda para que otras comunidades aisladas desarrollen sistemas energéticos sostenibles y viables. De esta manera se demostró el gran potencial que ofrecen las colaboraciones entre regiones y se sentaron las bases para la realización de otras iniciativas similares en el futuro. Es previsible que este método de pensamiento interconectado, desde distintos contextos culturales, genere resultados sinérgicos impresionantes en el campo de la sostenibilidad.
