Los machos de la mosca de ojos de tallo enganchan a las hembras
Estas moscas de ojos pedunculados tienen los ojos dispuestos en sendos tallos alargados a ambos lados de la cabeza. Los socios del proyecto Genorn realizaron investigaciones de campo y en el laboratorio mediante técnicas moleculares vanguardistas para medir y mapear las diferencias genéticas en la separación entre los ojos de los machos de las moscas de ojos de tallo. En concreto, la mosca que se estudió en detalle fue Teleopsis dalmanni. Estudios preliminares apuntaban que la exagerada distancia entre los ojos de los machos puede funcionar como un signo de calidad genética para atraer a las hembras. Las muestras se recogieron en la selva tropical de Malasia y se les extrajo el ADN. Se constató que en un grupo de quinientas moscas adultas recogidas en once arroyos de un valle, la deriva meiótica, es decir, la selección preferencial de un determinado alelo o cromosoma durante la producción de células germinales, puede provocar una distorsión de los marcadores genéticos vinculados a la misma o de los genes que modifican dicha deriva. El segundo grupo, de mil muestras, se componía de hembras y todos sus descendientes recogidos en seis arroyos. Todos ellos fueron genotipados y, utilizando microsatélites, se asignó el sexo a la prole y se establecieron las diferencias de proporciones de sexos entre las familias. En un tercer experimento de laboratorio, se aparearon machos recolectados con hembras criadas en laboratorio. Al principio del proyecto se descubrió que los machos de gran tamaño de T. dalmanni tenía ganchos en sus extremidades delanteras. Los machos de tamaño pequeño y las hembras no poseen dicha característica. Los machos de las moscas de ojos de tallo utilizan las patas para amenazar a sus rivales y para finalizar una pelea. Los científicos del proyecto Genorn diseñaron experimentos y organizaron combates para examinar la función del gancho de las patas. Los resultados indican que el gancho puede servir para amenazar a un adversario durante una etapa en la que no hay contacto, así como para aferrarse a un oponente. Cabe señalar que un análisis morfológico detallado del gancho de la pata mostró una gran correlación con la separación de los ojos y el tamaño del cuerpo. Estudios anatómicos más detallados revelaron que las estructuras internas de la pata ayudan a reducir la energía necesaria para mantener las patas cerradas, y por lo tanto ayudan a aferrarse a la pata del oponente.
