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Valoración del impacto climático de distintos sistemas de transporte

Un equipo de investigadores financiados con fondos comunitarios está estudiando el impacto que producen las emisiones del transporte marítimo, aéreo y por carretera sobre la atmósfera terrestre, y ya disponen de resultados preliminares. Este informe forma parte del proyecto QU...

Un equipo de investigadores financiados con fondos comunitarios está estudiando el impacto que producen las emisiones del transporte marítimo, aéreo y por carretera sobre la atmósfera terrestre, y ya disponen de resultados preliminares. Este informe forma parte del proyecto QUANTIFY («Valoración del impacto climático de los sistemas de transporte europeos y mundiales»), financiado con 8,39 millones de euros a través del Sexto Programa Marco (6PM). El objetivo de los socios de QUANTIFY es valorar el impacto climático actual y futuro de los sistemas de transporte internacionales y europeos. Las emisiones derivadas del tráfico contribuyen enormemente a la contaminación atmosférica en la Unión Europea y en todo el mundo, y constituyen un objetivo importante de la política frente al cambio climático. Los resultados preliminares indican que la contaminación de ozono en la troposfera (la capa más baja de la atmósfera) causa estragos en el bienestar de la población y provoca graves daños económicos a los agricultores. Pero eso no es todo. El ozono también actúa como un gas de efecto invernadero (GEI) potente. Aunque el ozono está presente de forma natural en la atmósfera, la luz solar y los contaminantes contribuyen a este efecto. Los socios del proyecto QUANTIFY han utilizado seis modelos informáticos diferentes de la química atmosférica para valorar el impacto de las emisiones del transporte marítimo, aéreo y por carretera en los niveles de ozono. Además han calculado el impacto del radical hidroxilo (OH), que se conoce comúnmente como el «detergente» de la troposfera debido a que cuando entra en contacto con ella elimina muchos contaminantes y gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono. QUANTIFY, dirigido por el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), ha descubierto que las emisiones debidas al tráfico son las responsables de los elevados niveles de ozono que se acumulan sobre todo durante el verano en el hemisferio norte. El mayor impacto se extiende desde la zona este de los Estados Unidos, a través del Atlántico, hasta Europa occidental. Los investigadores también descubrieron que los cambios producidos en el hemisferio sur son un 50% inferiores a los del hemisferio norte. Las emisiones del transporte marítimo son las más contaminantes. Según los socios del proyecto, estas emisiones tienen un mayor efecto en la parte más baja de la troposfera y son responsables de más de la mitad de las modificaciones sobre la química del ozono producidas por el transporte en varias regiones. Aunque las emisiones procedentes del transporte aéreo no suelen causar daños importantes en la troposfera superior, son las que más afectan al ozono en la tropopausa, zona que marca el límite entre la troposfera y la estratosfera (la segunda capa más importante de la atmósfera terrestre). Otro factor que contribuye a la contaminación es el tráfico rodado, que afecta a la troposfera superior del hemisferio norte. El impacto es mayor durante el verano del hemisferio septentrional. En cambio, el efecto de los distintos sectores del transporte en la atmósfera es más o menos parecido durante el invierno del hemisferio norte. En resumen, las emisiones marítimas causan el mayor impacto en los niveles de OH mundiales en la parte más baja de la troposfera y, por lo tanto, el «mayor impacto en la reducción del cliclo de vida del metano puesto que su emisión se produce en regiones relativamente limpias sobre océanos tropicales y subtropicales donde el OH es muy sensible a las emisiones derivadas del transporte», según indica la investigación. Los socios de QUANTIFY también están analizando el posible impacto del ozono y el metano en el cambio climático mediante la evaluación del forzante radiativo (FR) asociado, que mide el desequilibrio entre la radiación entrante y saliente provocada por un cambio en la composición atmosférica. Según los investigadores, mientras que el FR positivo provoca el calentamiento de la atmósfera, uno negativo señala enfriamiento. La información indica que el FR positivo se debe a las emisiones aéreas y por carretera, mientras que el negativo procede de las marítimas. No obstante estos datos no indican una situación positiva. Las emisiones marítimas afectan de forma negativa tanto a la salud de los mares, como a su acidificación y eutrofización, proceso por el que las masas de agua reciben un exceso de nutrientes que provoca el crecimiento desmesurado de la vida vegetal. La UE ha decidido reducir las emisiones. El Objetivo consiste en reducir las de dióxido de carbono hasta un 20% en 2020 en comparación con los niveles de 1990. Entre los participantes de QUANTIFY, que se espera que finalice en febrero de 2010, se incluyen la Universidad Charles de Praga (República Checa), Cambridge Environmental Research Consultants (Reino Unido), la Administración Meteorológica Nacional (Rumanía), la Universidad de Szeged (Hungría) y Airbus France.

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