Nuevo informe sobre las investigaciones del 6PM acerca de las desigualdades sociales
Recientemente la Comisión Europea publicó un informe titulado «Why socio-economic inequalities increase?» («¿Por qué se agrandan las desigualdades socioeconómicas?») que repasa una serie de datos e intervenciones políticas contra el agravamiento de la disparidad y las desigualdades en Europa. En gran parte del mundo no dejan de crecer las desigualdades socioeconómicas y los autores del informe consideran que se necesita un nuevo modelo socioecológico. La publicación se basa en una amplia revisión de trece proyectos de investigación financiados por la Dirección General de Investigación de la Comisión Europea por medio del Sexto Programa Marco (6PM). Los autores estudiaron los procesos que subyacen a la desigualdad, la pobreza y la exclusión y también la efectividad de las estrategias diseñadas para fomentar la cohesión social en los Estados miembros. En los proyectos abarcados se indagaba también en los mecanismos necesarios para contrarrestar las desigualdades. «Lo más conveniente sería establecer un nuevo modelo socioecológico que tuviera en cuenta valores democráticos europeos como la equidad y permitiera verdaderos progresos. De este modo se garantizará la pronta disminución de las desigualdades socioeconómicas», se lee en el prefacio al informe de la Comisión. Para lograr avances y reducir las desigualdades será necesario, entre otros factores, comprender las consecuencias que tienen las políticas sociales y económicas en las diversas dimensiones que posee la desigualdad. Se trata de dimensiones relacionadas entre sí, a saber, las ganancias, los ingresos, el nivel educativo, la salud y la sensación de bienestar. Los autores definen la desigualdad socioeconómica como las disparidades en los recursos económicos y sociales relacionadas con la clase social. Ello incluye también las variables mencionadas de los ingresos, el nivel educativo, la salud y bienestar. En realidad ya se dispone de un nuevo modelo, concretamente la estrategia Europa 2020 de la Comisión orientada a un «crecimiento inteligente, sostenible e integrador». El crecimiento inteligente se refiere al desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación. El crecimiento sostenible consiste en la promoción de una economía que haga un uso más eficaz de los recursos, que sea más verde y competitiva. Y, por último, el crecimiento integrador se refiere al fomento de una economía con alto nivel de empleo que tenga cohesión social y territorial. El informe señala también que, con independencia del crecimiento económico, las desigualdades existen incluso en los países más ricos. Efectivamente, en comparación con 1980, en la mayoría de los Estados miembros se ha registrado un aumento de las desigualdades. El tipo de crecimiento vivido en las últimas décadas no ha venido acompañado de una erradicación de las desigualdades en Europa, como se había prometido. El informe atribuye este fenómeno a que la modernización económica y la regulación del mercado laboral han contribuido a agrandar las diferencias salariales y la polarización en el empleo. Pero en opinión de los autores de este estudio de la Comisión, las lacras que conllevan las desigualdades se pueden prevenir aplicando un modelo corporativista del bienestar no muy distinto del seguido por los países nórdicos. Pero para conseguirlo se necesita un planteamiento de las políticas más holístico e integrador. Los autores señalan que las desigualdades salariales, por ejemplo, se han agravado en los países nórdicos, mientras que en los países de la Europa continental sólo se han registrado incrementos moderados o incluso descensos. En algunos casos las diferencias son tan agudas que los trabajadores peor pagados se encuentran atrapados en un círculo de pobreza o constantemente al borde de ésta. Por consiguiente, el empleo no protege necesariamente frente a la amenaza de la pobreza. Son muchas las mujeres y las madres solteras que, de manera especial, están atrapadas en un círculo intergeneracional de pobreza. Para cambiar esta dinámica, las autoridades políticas deben ampliar los indicadores económicos, entre ellos la omnipresente cifra del PIB, y tener en cuenta objetivos sociales, según señala el informe. En éste se hace también un llamamiento a brindar un apoyo más decidido a las instituciones relacionadas con el mercado laboral y a asumir un mayor compromiso político para reducir las desigualdades sociales y económicas, sobre todo en lo relativo al empleo precario. El informe concluye así: «La investigación del Programa Marco dedicada a las ciencias sociales y las humanidades demuestra de manera contundente que la reducción de las desigualdades en la sociedad genera más ventajas económicas y sociales. Por consiguiente la Unión Europea debe situar las políticas contra las desigualdades socioeconómicas en el núcleo de sus intervenciones, por el bien de todos los ciudadanos.»