Skip to main content
European Commission logo
español español
CORDIS - Resultados de investigaciones de la UE
CORDIS
CORDIS Web 30th anniversary CORDIS Web 30th anniversary

Article Category

Contenido archivado el 2023-03-24

Article available in the following languages:

Tendencias científicas: Crean el genoma más pequeño conocido capaz de sustentar a una célula viva

Investigadores de los Estados Unidos han diseñado y creado una célula sintética que es capaz de sobrevivir y reproducirse con tan solo 473 genes. Este hito podría conducir al desarrollo de fármacos, anticuerpos y combustibles nuevos e innovadores.

Científicos del Instituto J. Craig Venter de La Jolla, California, han logrado un avance pionero en biología al eliminar gradualmente los genes del cromosoma de la bacteria Mycoplasma, hasta llegar al grupo mínimo imprescindible para que este organismo pueda seguir viviendo y reproducirse. A continuación, volvieron a sintetizar los genes en una sola hebra de ADN y «reiniciaron» una célula desprovista de todo material genético hasta que volvió a cobrar vida. La célula sintetizada, llamada formalmente JCVI Syn3.0 (o Syn3.0) que cuenta con 473 genes y 531 000 bases de ADN, es más pequeña que el genoma natural más pequeño conocido hasta ahora, el de una especie bacteriana denominada M. genitalium, la cual posee 525 genes y 600 000 bases de ADN. Syn3.0 es capaz, además, de duplicar su volumen cada tres horas (M. genitalium precisa varias semanas para ello). El equipo de investigadores describe esta nueva célula como una «célula bacteriana mínima», y resalta el uso del artículo indefinido puesto que el número mínimo de genes necesarios está supeditado a las circunstancias del entorno y al metabolismo del organismo del que se trate. Descifrar los enigmas de la vida Este descubrimiento, publicado en la revista Science, podría ser de utilidad para esclarecer una de las incógnitas más importantes para la humanidad desde hace varios milenios: ¿qué es la vida? Concretamente, la creación de Syn3.0 podría aclarar la evolución histórica de los seres vivos en los océanos primigenios de hace más de tres mil millones de años. El Dr. Craig Venter, director de dicho equipo, adujo que, si bien en los últimos veinticinco años se ha incrementado mil millones de veces la capacidad de «leer a gran velocidad» el código del ADN, hasta ahora no se había conseguido explicar al completo las funciones de ninguna célula por separado. El propio Venter es un pionero en la investigación del ADN. No en vano dirigió uno de los dos equipos científicos que lograron secuenciar el genoma humano en junio de 2000. En 2010, Venter y su ya antiguo colaborador Clyde Hutchison consiguieron crear el primer microbio sintético a partir del cromosoma microbiano fabricado artificialmente de una especie de Mycoplasma, el cual se utilizó para «reiniciar» una célula vacía de otra especie de Mycoplasma. Aquel microbio sintético se denominó formalmente JCVI-Syn-1.0 y supuso el predecesor directo de Syn.3.0. Perspectivas comerciales Syn3.0 también ha suscitado un gran revuelo por sus posibilidades comerciales. Sus creadores han solicitado la patente de la información genética correspondiente y confían en aprovecharla como vehículo de pruebas para realizar investigaciones biológicas más fundamentales, y también como punto de partida para el desarrollo de productos bioquímicos muy avanzados y de gran precisión. «A largo plazo nuestro propósito es diseñar y construir organismos sintéticos a voluntad, en los cuales se puedan introducir funciones específicas sabiendo de antemano los resultados», explicó uno de los colaboradores, Dan Gibson, de Synthetic Genomics. «Opinamos que estas células podrían ser de gran utilidad para multitud de aplicaciones industriales, en sectores tan diversos como la medicina, la bioquímica, los biocombustibles, la nutrición y la agricultura». Este hallazgo se ha presentado como un gran salto adelante para la ciencia, pero lo cierto es que llevará cierto tiempo materializar plenamente las posibilidades comerciales de Syn3.0. Venter y su equipo solo han reconocido las funciones de dos terceras partes de los genes de Syn3.0; el tercio restante es aún una incógnita. Pese a tratarse de un hito indudable, la ciencia genética aún tiene que avanzar un trecho para desentrañar por completo qué hace posible la vida.

Países

Estados Unidos