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Tendencias científicas: El primer bebé del mundo nacido fruto del trasplante del útero de una donante fallecida

En Brasil ha nacido una niña, cuya madre recibió la donación de un útero de otra mujer fallecida.

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Antes de que fuera posible trasplantar un útero, las únicas opciones de tener un hijo eran la adopción o el alquiler de vientres. Hasta ahora los úteros trasplantados para lograr embarazos procedían de donantes vivos. El primer caso de este tipo se produjo en 2013 en Suecia. Tras diez fracasos, algunos expertos dudaban de la viabilidad del procedimiento mediante el que se emplea el útero de una donante fallecida. No obstante, el nacimiento de una niña en São Paulo en diciembre de 2017 supone otro hito en los tratamientos de fertilidad. Las donaciones de úteros de donantes fallecidas ya es posible Según un estudio de casos publicado recientemente en la revista médica con revisión por pares «The Lancet», una mujer de treinta y dos años nacida sin útero ha sido la primera persona en dar a luz a un bebé vivo gracias a un útero trasplantado de una donante fallecida. La madre recibió el útero de una mujer de cuarenta y cinco años que tuvo tres hijos y que falleció a causa de un ictus. Antes de morir autorizó la donación de sus órganos. La operación de trasplante duró más de diez horas e incluyó la conexión de venas y arterias, ligamentos y canales vaginales al útero donado. Tras la cirugía, la receptora se sometió a vigilancia durante ocho días para evitar el rechazo del órgano trasplantado. El 15 de diciembre de 2017, nació una niña por cesárea a las treinta y cinco semanas y tres días de gestación con un peso de 2 550 gramos. Nació sana y respondió a los estímulos. En el estudio se explica que la paciente no mostró indicios de rechazo cinco meses tras el trasplante. Las pruebas con ultrasonidos daban resultados normales y la madre mantenía una menstruación cíclica. Los óvulos de la mujer previamente fertilizados y congelados se implantaron a los siete meses. Diez días después se confirmó el embarazo. La gestación no tuvo complicaciones. Un año después del nacimiento, la madre y el bebé brasileños están sanos. La niña tenía siete meses y veinte días cuando se remitió el estudio de casos a la revista. Seguía alimentándose de leche materna y pesaba 7,2 kilogramos. La posibilidad de donar el útero tras la muerte El estudio afirma que el método es viable y podría ofrecer a mujeres con infertilidad uterina acceso a una cantidad mayor de donantes posibles. «La cantidad de gente que desea donar órganos tras la muerte es mucho más grande que la de donantes vivos, creando así una población de donantes potenciales mucho mayor», manifestó en «Reuters» Dani Ejzenberg, médico en el Hospital Universitario de São Paulo y director de la investigación. En declaraciones a «CNN», añadió: «Los resultados ofrecen una prueba de concepto para un tratamiento nuevo para infertilidad absoluta de factor uterino». El bebé celebrará su primer cumpleaños poco antes de las Navidades. Pasarán muchos años antes de que pueda comprender la trascendencia de su nacimiento para la historia de la medicina y cómo su caso inspirará otras investigaciones destinadas a reducir riesgos y ofrecer esperanza a familias que no pueden gestar bebés.

Países

Reino Unido

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