Nuevos métodos logran órganos para trasplantes más viables
Las largas listas de espera forman parte de la vida de los pacientes pendientes de la disponibilidad de un órgano donado. Cada año, en Europa, unos 41 000 pacientes reciben un trasplante y otros 48 000 se incorporan a una lista de espera. Para disponer de más órganos donados, los médicos se ven obligados cada vez más a utilizar órganos que se han deteriorado a causa un aporte de oxígeno y nutrientes insuficiente o inexistente durante su extracción del cuerpo del donante, el almacenamiento y el trasplante. Ahora, las nuevas técnicas probadas por el proyecto financiado con fondos europeos COPE pueden ayudar a abordar este problema y a aumentar la cantidad de riñones e hígados óptimos disponibles para trasplantes. «Tenemos que aceptar más órganos para evitar que las listas de espera sean aún más largas», afirmó el coordinador del proyecto Rutger Ploeg, del Departamento Nuffield de Ciencias Quirúrgicas de la Universidad de Oxford, en una noticia publicada en el sitio web «Open Access Government». «Estas nuevas técnicas nos permiten valorar los hígados y riñones donados con mayor eficacia y lograr mejores resultados cuando los trasplantamos», añadió Ploeg. Para estos novedosos métodos se utiliza una máquina de perfusión que produce un flujo continuo por el órgano donado antes de ser trasplantado de un líquido denominado perfundido. El equipo del proyecto, centrado en riñones e hígados, probó dos técnicas que obtuvieron mejores resultados que el habitual transporte de órganos en neveras.
Hígados a temperatura corporal
En los ensayos clínicos con trasplantes hepáticos, el equipo del proyecto puso a prueba la eficacia del método que utiliza la máquina de perfusión normotérmica (MPF). Es decir, en lugar de almacenar el hígado en líquido frío, se llevó a cabo una perfusión a temperatura corporal. Con este método, se observó una importante mejora en el funcionamiento del órgano justo después del trasplante. Desde el momento en el que se extraía el órgano, los cirujanos disponían de más tiempo para prepararse para la operación, frente a las habituales diez horas. «El uso de la MPF en los hígados resultó ser un método de conservación seguro y más eficaz que el almacenaje en frío y redujo las lesiones en el injerto y las tasas de descarte de órganos», como se indica en el sitio web del proyecto.
Oxígeno para los riñones
En el caso de los riñones, el equipo del proyecto probó una perfusión mecánica fría oxigenada. Los resultados del ensayo revelaron que, cuando el perfundido se enriquece con oxígeno, mejora la función renal, disminuye el riesgo de fracaso del trasplante y reduce a la vez a la mitad el riesgo de que el cuerpo del receptor rechace el órgano donado. El proyecto COPE (Consortium on Organ Preservation in Europe), que finalizó en 2018, ayudó a presentar técnicas de conservación de órganos que aumentarán la cifra de hígados y riñones viables para trasplante. No obstante, queda mucho por hacer para garantizar un mayor número de trasplantes satisfactorios. Tal y como apunta Ploeg en la noticia, «en el contexto europeo, la colaboración entre centros de trasplante es fundamental. Los miembros de la comunidad médica creemos que la Unión Europea es el mecanismo perfecto para permitir que la investigación clínica se desarrolle de forma transfronteriza y en beneficio de los pacientes». Para más información, consulte: Sitio web del proyecto COPE
Palabras clave
COPE, órgano donado, riñón, hígado, trasplante