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Tendencias científicas: Un informe de las Naciones Unidas da la voz de alarma sobre el calentamiento global

Un estudio nos apremia a modificar la producción de alimentos y a detener el uso excesivo del suelo para prevenir el devastador calentamiento global.

El 8 de agosto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIECC) presentó un informe que destaca el círculo vicioso del cambio climático y la degradación de los suelos. El ser humano ha dañado cerca de un cuarto del suelo terrestre libre de hielo. Es crucial reducir las emisiones de efecto invernadero si queremos mantener el calentamiento global por debajo de 2 °C o incluso de 1,5 °C. El GIECC evalúa el conocimiento científico relacionado con el cambio climático, su impacto, los posibles riesgos futuros y las posibles opciones de respuesta. El informe lo han realizado 107 expertos de 52 países y fue desarrollado por tres grupos de trabajo en cooperación con el Grupo Operativo de Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero. Existe una esperanza: gestionar mejor el suelo para la gente y el clima Para detener la crisis climática, debemos actuar ahora y cambiar la forma en la que gestionamos el suelo y producimos alimentos, así como consumir menos carne. Varios miembros del grupo internacional de científicos expresaron su opinión en un comunicado de prensa del GIECC que se publicó junto al informe. Según Jim Skea, copresidente del grupo de trabajo III del GIECC: «El suelo tiene un papel importante en el sistema climático. La agricultura, la silvicultura y otras formas de uso del suelo constituyen el 23 % de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero. Al mismo tiempo, los procesos naturales del suelo absorben una cantidad de dióxido de carbono equivalente a casi un tercio de las emisiones de dióxido de carbono de los combustibles fósiles y la industria». «El suelo que ya se está utilizando podría alimentar al mundo con un clima cambiante y proporcionar biomasa para las energías renovables, pero se necesita llevar a cabo acciones tempranas y de gran alcance en varios ámbitos», señaló Hans-Otto Pörtner, copresidente del grupo de trabajo II del GIECC. Al degradarse, el suelo se vuelve menos productivo, lo que limita los cultivos y disminuye su capacidad de absorción de carbono. «Nuestras elecciones sobre la gestión sostenible del suelo pueden ayudar a reducir y, en algunos casos, revertir estos efectos adversos», explicó Kiyoto Tanabe, copresidente del Grupo Operativo de Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero. «El cambio climático afectará cada vez más a la seguridad alimentaria a través de la escasez de productos (especialmente en los trópicos), los precios elevados, la calidad reducida de los nutrientes y las interrupciones en las cadenas de suministro», añadió Priyadarshi Shukla, copresidente del grupo de trabajo III del GIECC. Debra Roberts, copresidenta del grupo de trabajo II del GIECC, afirmó: «Ciertas elecciones en materia de alimentación requieren el uso de más suelo y agua, y provocan más emisiones de gases que retienen el calor que otras. Las dietas equilibradas que contienen alimentos de origen vegetal, como los cereales secundarios, las legumbres, las frutas y las verduras, así como alimentos de origen animal producidos de manera sostenible en sistemas de baja emisión de gases de efecto invernadero, presentan mejores oportunidades de adaptación y de reducción del cambio climático». «Son importantes las políticas que apoyan la gestión sostenible del suelo, garantizan el suministro de alimentos a las poblaciones vulnerables y mantienen el carbono en el suelo a la vez que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero», confirmó Eduardo Calvo, copresidente del Grupo Operativo de Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero. «Estamos utilizando tecnologías y buenas prácticas, pero es necesario ampliar su radio de acción y usarlas en otros lugares donde sea posible, pero no se haga todavía. Existe una posibilidad real de colaborar en la lucha contra las cuestiones del cambio climático relacionadas con el suelo, mediante un uso del suelo más sostenible, la reducción del consumo excesivo y el desperdicio de alimentos, la eliminación de la tala y quema de los bosques, la prevención de la recogida excesiva de leña y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero», desveló Panmao Zhai, copresidente del grupo de trabajo I del GIECC. El informe no es todo pesimismo. Las personas de todo el mundo tenemos la gran oportunidad de revertir el daño plantando árboles en tierras de cultivo, gestionando mejor el suelo y reduciendo el desperdicio de alimentos. Estas soluciones efectivas pueden aumentar la productividad del suelo y reducir las emisiones.

Países

Estados Unidos