Llegar a la raíz de las interacciones entre las malas hierbas y el trigo
El trigo (Triticum aestivum) es un cultivo básico en Europa que ve cómo la gramínea Alopercurus le arrebata el terreno. Múltiples estudios recientes apuntan a que las raíces de distintas especies vegetales se influyen mutuamente, pero aún no se conocen con claridad los mecanismos que rigen esta interacción.El proyecto financiado con fondos europeos «Molecular basis for root-root interactions between wheat and weed» (INTERACTROOT) se propuso descubrir las interacciones entre estas dos plantas a nivel radicular. El proyecto también buscó cualquier tipo de compuesto específico (exudados) que pudiese utilizar Alopercurus para enviar señales a las raíces del trigo.Los miembros del proyecto desarrollaron un sistema inicial en el que cultivar plantas y que permitiese estudiar sus raíces. Para ello propusieron un cultivo en cajas transparentes y estériles y un medio de crecimiento también transparente en condiciones de cultivo (nutrientes, luz, temperatura, etc.) controladas.El cultivo de trigo y Alopercurus al mismo tiempo redujo la cantidad y la longitud de las raíces laterales en el trigo. Sin embargo, cuando se cultivaban plantas de trigo juntas se reducía la longitud, pero no la cantidad, de raíces laterales. El aporte de nutrientes no interfería en estas interacciones.Un sistema modelo sirvió para comprender mejor la actividad del exudado de la raíz de Alopercurus. El sistema mostró que las raíces de esta planta aumentan la concentración de calcio (una molécula de señalización común) en las células de las raíces.Esto supone un indicio evidente de que Alopercurus influye en el crecimiento de las raíces del trigo, con implicaciones de gran alcance para la productividad agrícola. El siguiente paso será identificar los exudados concretos que provocan estos cambios.