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Quantifying Arctic responses to past climate change

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Investigadores del cambio climático en busca de respuestas en paleodatos

El empleo de ceniza volcánica para predecir el futuro podría parecer extraño y, sin embargo, investigadores europeos se proponen emplear este tipo de registros para mejorar los modelos de cambio climático.

La capacidad para predecir al detalle las consecuencias de la emisión de gases de efecto invernadero antropogénicos resulta fundamental en un momento como el actual en el que el problema del cambio climático resulta acuciante. Los científicos que se limitan al empleo de datos cualitativos no pueden sino lograr simulaciones poco precisas que frenan la labor destinada a amortiguarlo.Investigadores financiados con fondos europeos pertenecientes al proyecto «Quantifying Arctic responses to past climate change» (QUARCTIC) propusieron basar los modelos de respuesta del cambio climático en paleodatos reales extraídos de capas de ceniza e insectos fosilizados. En un estudio nuevo analizaron suelos prehistóricos de Europa, Norteamérica y Rusia.El análisis incluyó muestras de suelos sedimentarios con restos de quironómidos, un insecto fosilizado marcador de condiciones medioambientales. Su objetivo fue determinar si este tipo de muestras podría utilizarse para reconstruir un registro de temperaturas del Paleolítico. En un principio existía la confianza de dar con un método que se sirviera de los insectos fosilizados, pero posteriormente optaron por otro método basado en la datación de capas de ceniza (tefrocronología). La tefra es la ceniza expulsada por volcanes; es capaz de desplazarse miles de kilómetros desde su origen hasta que se asienta en forma de sedimento. En los Urales se extrajeron testigos con contenido de tefra datados en doce mil doscientos años. Unos yacimientos del noreste de Norteamérica aportaron cenizas datadas en el Holoceno y los últimos periodos glaciales que se correspondieron con muestras halladas en Groenlandia. Una capa de tefra procedente de las Islas Británicas y Alemania se correspondió con otras muestras de Groenlandia relacionadas con volcanes de Alaska antiguos.La presencia de tefra de Alaska en Europa resultó sorprendente y abre la puerta a nuevas vías de investigación. Los responsables de QUARCTIC descubrieron que el empleo de capas de ceniza para establecer secuencias temporales es una práctica poco común en Norteamérica. El resultado, dos regiones nuevas listas para ejecutar investigaciones tefrocronológicas, ha generado más interés en una técnica infrautilizada hasta la fecha. La disponibilidad de datos cuantitativos precisos, basados en un conocimiento más preciso de las consecuencias del cambio medioambiental prehistórico, servirá para ajustar las simulaciones de respuesta al clima. Estos paleodatos podrían utilizarse para predecir el comportamiento de las erupciones volcánicas contemporáneas, toda vez que los paleoclimatólogos y los climatólogos desarrollen modelos más precisos. Resulta interesante que las cenizas prehistóricas utilizadas por QUARCTIC viajasen en su día alrededor del planeta y ahora lo hagan en el tiempo.

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