Proteger los recursos pesqueros de Europa
De sus indagaciones se desprende que la pesca puede provocar cambios evolutivos en las poblaciones de peces marinos. Además de reducir el tamaño de las poblaciones, la pesca altera la configuración genética de los distintos especímenes y repercute negativamente en su capacidad de recuperación y en el ecosistema en su conjunto. Al capturar los ejemplares de mayor tamaño, el resto de la población está compuesta principalmente de juveniles, que también se convierten en objetivos de pesca. El efecto evolutivo y el impacto en los ecosistemas marinos de la pesca de ejemplares jóvenes e inmaduros no se conocen en toda su dimensión.Según la política pesquera europea, un conocimiento exhaustivo de los procesos ecológicos es esencial para la correcta gestión de las especies de interés comercial de las aguas europeas. El proyecto EVOLHAKE recibió fondos de la Unión Europea para investigar las respuestas ecológicas, demográficas y evolutivas inducidas por la actividad pesquera y sus efectos en la fauna íctica marina. El estudio se centró en la merluza europea (Merluccius merluccius), una especie endémica del Atlántico Norte y el Mediterráneo expuesta a la sobrepesca. Para estudiar las poblaciones de M. merluccius se aplicaron modelos, herramientas estadísticas e información genética a diversos ecosistemas y modalidades de pesca.Los datos utilizados por el equipo de EVOLHAKE pueden clasificarse en tres grandes categorías: evolución, dinámica de poblaciones y genética. Los resultados dejan patente que la actividad pesquera, el cambio climático y los factores ecológicos y evolutivos pueden afectar de distinto modo a diferentes poblaciones de la misma especie. El proyecto ha contribuido a la excelencia de Europa y a su capacidad competitiva en el campo de la ecología pesquera, además de ayudar a proteger este recurso gracias a una gestión más eficaz.