Descubierta una proteína de resistencia al calor en tomates
A raíz del actual crecimiento demográfico, es mayor que nunca la demanda de plantas de cultivo fuertes y productivas. Una de las problemáticas asociadas al cultivo de plantas en una gran variedad de climas es que las plantas de género masculino pueden perder su fertilidad cuando se alcanzan temperaturas ambientales muy elevadas. El proyecto financiado con fondos europeos SPOT-ITN (Pollen thermotolerance and crop fertility) abordó esta cuestión identificando variedades de tomate que producen un polen con mayor tolerancia a las temperaturas elevadas. En virtud de esta iniciativa, una red de universidades y de empresas privadas buscó marcadores bioquímicos de la termotolerancia del polen. El equipo de SPOT-ITN examinó una población TILLING de tomates en busca de mutaciones genéticas asociadas a la respuesta al choque térmico. Se hallaron variedades que presentaban mutaciones genéticas en la proteína de unión por choque térmico que se cree que regula la actividad de los factores de transcripción relacionados con el estrés térmico. Seguidamente, los investigadores diseñaron un protocolo de referencia muy sensible para estudiar la termotolerancia en diferentes estadios de madurez del polen. SPOT-ITN también conformó un método para el análisis de las grandes cantidades de datos recabados en el transcurso del proyecto. Los investigadores del proyecto recogieron más de treinta líneas vegetales para su análisis y desarrollaron varias herramientas moleculares para estudiar la termotolerancia en el polen. Dieron con un entramado de proteínas que reaccionan al calor en el polen, en conexión con rutas hormonales de las plantas. Estos resultados ayudarán a fijar normas para el estudio de la termotolerancia en las plantas y, a largo plazo, contribuirán a suministrar alimentos suficientes a todo el planeta.
Palabras clave
Tomates, temperaturas elevadas, SPOT-ITN, polen, tolerancia térmica