Continúan las divisiones acerca de la enfermedad de las vacas locas
Margareta Winberg, Ministra de Agricultura de Suecia, afirmó el 4 de diciembre que constituye un derroche el nuevo procedimiento de lucha contra la EEB (encefalopatía espongiforme bovina) en Europa mediante el sacrificio de vacas con una edad superior a los 30 meses en las que no se haya detectado la enfermedad. La Sra. Winberg destacó que la medida resulta incongruente con el panorama del hambre en el mundo y la legalidad del tabaco en Europa, que se cobra 500.000 vidas anuales en la región. Sus comentarios se han producido después de que el organismo de normas alimentarias del Reino Unido haya revelado que, a pesar de la introducción de controles estrictos, al menos en dos de las comprobaciones realizadas se descubrió que había sido autorizada para el consumo humano carne con contenido de médula espinal. Está prohibido el consumo humano de carne que contenga médula espinal porque ésta es una de las partes más contagiosas del ganado que no manifiesta síntomas de infección. La responsabilidad de los errores recae en un inspector oficial de carnes y un veterinario contratado, y no en los trabajadores del matadero. La noticia aparece en un momento especialmente arduo para el Reino Unido, ya que a principios de 2001 espera recibir veterinarios de la Comisión Europea con objeto de inspeccionar sus medidas anti-EEB. El Reino Unido ha anunciado asimismo la existencia de planes para introducir materiales quirúrgicos de un solo uso en las intervenciones de amígdalas con el propósito de reducir la posibilidad de infecciones con vCJD (variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob). Estos materiales se emplearán en las amigdalectomías, ya que existe un riesgo muy reducido de que la vCJD pueda transmitirse de un paciente a otro a causa de que las amígdalas actúen potencialmente como refugio de seguridad para los priones que intervienen en la vCJD. La medida tendrá un coste de £ 25 millones (unos 16 millones de euros) anuales para el gobierno del Reino Unido. Tendrán que gastarse otros £ 200 millones (unos 125 millones de euros) en modernizar las instalaciones de descontaminación y esterilización con objeto de evitar la transmisión de la CJD.