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Las universidades israelíes, deseosas de incrementar su participación en el VPM

Antes incluso de que en mayo de 1999 entrara en vigor el acuerdo de asociación UE-Israel, por el que se establece la plena participación de los investigadores e industriales israelíes en los Programas Marco de IDT de la Comisión Europea, las universidades de este país ya estab...

Antes incluso de que en mayo de 1999 entrara en vigor el acuerdo de asociación UE-Israel, por el que se establece la plena participación de los investigadores e industriales israelíes en los Programas Marco de IDT de la Comisión Europea, las universidades de este país ya estaban pensando en estrechar la cooperación con Europa. Hoy día, figuras de la comunidad universitaria israelí están animando a los investigadores de sus respectivas instituciones a abrazar el potencial del V Programa Marco de IDT, así lo dijo a Noticias CORDIS la representación de la organización ISERD, de Tel Aviv, cuyo objeto es fomentar la cooperación entre Europa e Israel en el VPM. "Israel quería formar parte de la investigación europea", explica Shlomo Herskovic, Director general adjunto de Planificación e Información en el Comité de planificación y presupuestos (PBC) del Consejo de enseñanza superior. "La investigación es el ámbito de internacionalidad de Israel. Ha sido una inversión importante a largo plazo, lo bastante importante como para aprender las reglas del juego. La ciencia europea nos parece un área de crecimiento de la que Israel no puede permitirse el lujo de quedar fuera". Israel gasta el 3,5 por ciento de su PIB en I+D civil, siendo el segundo inversor en el mundo en esta área tras Suecia, informa el Profesor Paul Singer, Presidente de la Fundación científica israelí: "El gasto en I+D de defensa es considerable, aunque los estudios han demostrado que la transferencia de tecnología del sector de defensa no importaba tanto como las personas y la educación". Esta creencia es, opina, lo que ha alimentado el empuje de la alta tecnología israelí. El PBC del Consejo de enseñanza superior totaliza el 50 por ciento del importe total de fondos de I+D en Israel, repartiendo entre 47 y 48 millones de dólares americanos. Los fondos se distribuyen entre los siete centros de enseñaza superior e institutos de investigación de Israel: Universidad Bar-Ilan, Universidad Ben-Gurion del Neguev, Universidad Hebrea de Jerusalén, Instituto de Tecnología Technion, Universidad de Tel Aviv, Universidad de Haifa e Instituto Weizmann de Ciencia, más la organización de investigación agraria. La ciencia israelí presenta características sumamente internacionales, continúa Singer. Cerca del 96 por ciento de los artículos científicos de autoría israelí relativos a ciencias naturales y tecnología se publican en revistas extranjeras; y lo que es más, los catedráticos israelíes suman cerca del uno por ciento de todos los artículos publicados en el mundo. A lo que cabe añadir que el volumen de los grupos de investigadores en Israel creció en los años noventa con el flujo migratorio procedente de la antigua Unión Soviética y se benefició además de un programa del PBC dedicado a incrementar el número de becas posdoctorales en las universidades, de 150 en 1987 a 600 en 1995. "La comunidad universitaria israelí ya contaba con excelentes lazos internacionales incluso antes de tomar parte en el Programa Marco", afirma Paul Singer. "Para poder ocupar un puesto en alguna facultad, tenías que haber estado un año en el extranjero. La interconexión en redes nos viene de perlas. Nuestro sistema tiene incorporadas opciones de periodos sabáticos". Cada siete años, los miembros de las facultades tienen que salir de viaje, subvencionado con fondos computados en sus sueldos. En Israel la mayoría de los doctores acuden al extranjero para cursar una formación en investigación posdoctoral, mientras el 40 por ciento aproximadamente del alto personal académico más joven contratado en las universidades israelíes en los años ochenta y principios de los noventa se doctoró en el extranjero, informa Singer. Cuando antes era habitual que los investigadores israelíes acudieran a EEUU, ahora, en cambio, se dirigen cada vez más al Reino Unido, Alemania y Francia. Singer se reunió hace poco con el Director General de Investigación de la Comisión Europea, Achilleas Mitsos, con quien, entre otras cosas, glosó el concepto de espacio europeo de investigación de la Comisión. "Nos gustan varias cosas", no duda en afirmar, si bien señala que a sus compañeros y a él les tiene preocupados que la excesiva concentración en unos cuantos centros de excelencia en Europa sea perjudicial para la competencia. "No sabemos cómo lo quiere concretar la Comisión", plantea Singer. "Si va a ser en detrimento de la ciencia y de la participación de Israel [...] preferimos modalidades de financiación para periodos cortos al cabo de los cuales se pasaría a otra cosa. En lo que a universidades se refiere nos parece vital consolidar la investigación fundamental". Cada universidad se beneficia de una cuota del presupuesto dependiendo de sus resultados de investigación. La oficina de Shlomo Herskovic condiciona sus decisiones al porcentaje de becas que recibe cada universidad, el importe de ayudas directas a la investigación asignadas por la industria y gobiernos extranjeros, y el número de predoctorales y su correspondiente porcentaje de publicaciones científicas, así como a los índices de calidad, incluido el "Science Citation Index" (base de de artículos de revista publicada por el "Institute of Scientific Information"). La Academia israelí de ciencia y humanidades subvenciona también la investigación universitaria, dedicándose exclusivamente a sectores que considera desatendidos. Hace tres años la Academia creó además una fundación aparte llamada "FIRST" (Iniciativas de investigación convergentes en la ciencia y la tecnología), que suministra becas en ámbitos interdisciplinarios entres los que se incluyen la nanotecnología, las ciencias de la computación y las ciencias sociales, lingüística inclusive. Lo que hace tan apetecible el acceso al Programa Marco de la Comisión además de este tipo de ayuda, según indican las universidades, es la oportunidad que brinda de trabajar con expertos en Europa. "El potencial es enorme. Todo es cuestión de aprender cómo funciona el sistema y constituir los consorcios adecuados", señaló a Noticias CORDIS Ilan Chet, Vicepresidente de Investigación y Desarrollo de la Universidad Hebrea de Jerusalén. "Cuando primero nos incorporamos al IV Programa Marco, empezamos con un índice de aceptación de proyectos del 26 por ciento; ahora, [con el V Programa Marco] tenemos aceptados 46 proyectos". Su universidad ya tiene asignados fondos a investigadores israelíes para que trabajen en Europa a donde también envía delegaciones. "Antes de integrarnos en el Programa Marco de la UE no entendíamos este sistema. Los grupos se formaban entre países, nunca en el seno de consorcios como con la UE. La Universidad aporta fondos propios a la investigación y gasta varios millones en intensificar la cooperación. La participación ha pasado a ser un factor de suma importancia". El Doctor Yosef Yarden, Profesor de Biología Molecular y Vicepresidente de Asuntos Académicos en el Instituto Weizmann, se muestra asimismo optimista acerca de las ventajas propias de la participación en el VPM. "Vamos mejorando, y queremos seguir haciéndolo", dice. Hasta la fecha, el Instituto Wiezmann, que se dedica exclusivamente a la investigación científica (no tiene estudiantes), ha participado en cerca de 20 proyectos inscritos en el VPM, el tercio de los cuales a título del programa de calidad de la vida y gestión de los recursos vivos. "Los programas de investigación en los que tenemos mejor resultado son aquéllos más accesibles a los científicos", asevera el Doctor Yarden. "Encierran un potencial mucho mayor". En el Instituto de Tecnología Technion, el Director de la Fundación Technion de I+D, Ran Kobo, se propone incrementar la tasa de participación en el VPM del 30 por ciento de su institución. "Estamos buscando vías de participación en la educación permanente y de desarrollo de la capacidad coordinadora en Technion. Pongamos que consideramos la participación en el VPM y el éxito que la acompañe como un objetivo estratégico".

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