Protección frente a la corrosión del hormigón armado
Se han desarrollado nuevas tecnologías gracias al proyecto DOSECOPS (Development of sustainable electrochemical corrosion protection systems for reinforced concrete structures), financiado con fondos europeos, que eliminan y previenen la corrosión, al tiempo que mejoran la consistencia del material y su resistencia a la tracción. El consorcio se compuso de expertos procedentes de China y Europa que compartían el interés por este problema, dada la envejecida infraestructura europea y los muchos edificios que en China muestran ya signos de corrosión aun recién construidos. La solución propuesta se basa en la remediación electroquímica y en la inyección electroquímica de nanopartículas. Dos causas principales de corrosión del acero de refuerzo en las estructuras de hormigón armado son la carbonatación y el ataque por cloruros. La carbonatación es la reacción entre el dióxido de carbono (CO2) atmosférico y los componentes alcalinos del hormigón. Además, puede liberar cloruros unidos, que pueden alterar las características físicoquímicas de la estructura del poro y, así, las propiedades de transporte del hormigón. La pasta de cemento es muy alcalina (tiene un pH alto), principalmente debido a su contenido en hidróxido de calcio o cal. Esa alcalinidad pasiviza la superficie del acero con una película de óxido, protegiéndola frente a la corrosión. La carbonatación se produce cuando el CO2 se disuelve en el agua de lluvia y reacciona con la caliza del cemento. Los iones cloruro procedentes de mezclas contaminadas o de fuentes medioambientales como sales anticongelantes o agua salada provocan la rotura localizada de la película protectora. La carbonatación y el ataque por cloruros rebajan el pH y hacen inestable la película de pasivación. Ahora ciertas tecnologías electroquímicas permiten la realcalinización del hormigón carbonatado, la eliminación de cloruros y la inyección de nanopartículas. También se han desarrollado sistemas de protección catódica, ya contrastados, que permiten que la inyección de corriente suprima la corrosión, con vistas a obtener nuevas estructuras de hormigón armado. Los socios del proyecto validaron los nuevos procesos con estudios experimentales y de campo con el objetivo de hacerlos viables comercialmente. Hormigón carbonatado y contaminado con cloruros fue sometido a tratamiento usando procesos basados en mallas de polímero reforzadas con fibra de carbono y microcápsulas incrustadas. DOSECOPS también probó unos novedosos sistemas de prevención catódica basados en el rendimiento para estructuras marinas. Las nuevas tecnologías tienen la finalidad de eliminar los cloruros del hormigón y de aumentar la alcalinidad. Sellan los poros, evitando así una mayor entrada de cloruros y/o CO2 del ambiente y mejorando las propiedades mecánicas del material, lo que brinda una solución permanente. La carbonatación es un problema en aumento dados los niveles crecientes de CO2 en la atmósfera. De la tecnología desarrollada dentro del proyecto DOSECOPS se beneficiarán los edificios y las infraestructuras de hormigón armado tanto actuales como futuros. Se espera que genere un importante impacto socioeconómico, al reducir los costes de mantenimiento y control al tiempo que refuerza la seguridad.
Palabras clave
Protección frente a la corrosión, hormigón armado, DOSECOPS, carbonatación, ataque por cloruros
