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MELT SPUN FIBRES BASED ON COMPOSTABLE BIOPOLYMERS <br/>FOR APPLICATION IN AUTOMOTIVE INTERIORS

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Tejidos ecológicos para automóviles

Un automóvil contiene de media entre cuarenta y cincuenta metros cuadrados de tejido, y no solo en su tapicería. También se utilizan fibras textiles en los cinturones de los asientos, los paneles interiores y los paneles sándwich, entre otros componentes, por lo que un cambio del poliéster a los biopolímeros supondría que los coches fueran más ecológicos.

Tecnologías industriales icon Tecnologías industriales

La industria europea del textil y la ropa mantiene una posición de liderazgo mundial gracias a su creatividad, innovación e incomparable sentido del estilo. Frente a una competencia global cada vez más feroz y el bajo coste de la mano de obra empleada en la industria de la fabricación en otras regiones, las aproximadamente 200 000 empresas del continente han logrado una impresionante facturación anual de 215 000 millones de euros. De ellas, un 95 % son pequeñas y medianas empresas (pymes). La industria automovilística aspira a ser más ecológica reduciendo su impacto medioambiental. Así, por ejemplo, busca una alternativa a los componentes textiles a base de plásticos. El proyecto BIOFIBROCAR (Melt spun fibres based on compostable biopolymers for application in automotive interiors), financiado con fondos europeos, se creó precisamente para dar con una solución al respecto. Los investigadores desarrollaron textiles a partir de fibras hechas de derivados del ácido poliláctico (PLA) como sustitutas de las fibras de poliéster convencionales. El PLA es un polímero termoplástico biodegradable que se obtiene de fuentes renovables como el almidón de maíz o la caña de azúcar. El consorcio se aseguró de que los nuevos tejidos cumplieran todos los requisitos industriales y para ello prestó atención a los aspectos de la seguridad, la resistencia térmica, la reducción de los malos olores y la emisión de partículas volátiles en el interior de los vehículos. Algunos de los nanoaditivos empleados presentan propiedades de intumescencia, por lo que se expanden en respuesta al calor para proteger el material subyacente. Otros reducen o eliminan olores, o hacen los textiles menos abrasivos para la piel. Los socios del proyecto revisaron los materiales existentes (fibras y tejidos), los analizaron y los caracterizaron en el laboratorio. Esta labor garantizó el cumplimiento de las normas del sector, que habían sido recopiladas por el consorcio. Se desarrolló un prototipo que pudiera utilizarse en los paneles de las puertas de los automóviles. Las pruebas y las tareas de validación del prototipo indicaron que sus propiedades térmicas y mecánicas eran equivalentes a las de los materiales no renovables. Las tecnologías textiles derivadas de productos biológicos desarrolladas para la industria automovilística en el marco del proyecto BIOFIBROCAR supondrán un importante y necesario impulso para las pymes asociadas en los sectores de elaboración de compuestos, aditivos, hilatura y tejido/laminación. Pero es probable que sus efectos tengan un alcance mayor, ya que los productos pueden resultar de interés en otros sectores del transporte, mientras que las fibras biodegradables serán de utilidad a largo plazo para los recicladores.

Palabras clave

Tejidos, biopolímeros, BIOFIBROCAR, ácido poliláctico, nanoaditivo, normas de la industria automovilística

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