Las algas, una fuente sostenible de bioplásticos
La sociedad moderna hace un uso intensivo de plásticos, y entre ellos una nueva gama de plásticos de base biológica elaborados a partir de maíz, trigo, remolacha azucarera y caña de azúcar. A pesar de que estos plásticos son más respetuosos con el medio ambiente que los derivados de combustibles fósiles, tienen el inconveniente de que compiten por la tierra con los cultivos alimentarios. En el marco del proyecto SEABIOPLAS (Seaweeds from sustainable aquaculture as feedstock for biodegradable bioplastics) se ha creado un proceso destinado a emplear algas como material básico novedoso para obtener bioplásticos. Además de evitar el problema de la ocupación de tierras por parte de los cultivos con fines energéticos, los plásticos fabricados con algas permitirán ahorrar agua e incluso, quizás, obtener una mayor productividad. La finalidad principal del proyecto fue usar algas cultivadas de modo sostenible como materia prima para obtener bioplásticos biodegradables, lo cual contribuiría a la innovación en el sector de los bioplásticos y facilitaría la transición de la petroquímica a la química ecológica. Además, se estudió la idoneidad de las algas como base de piensos para peces y ganado. En aras de la sostenibilidad, las algas se cultivaron en sistemas de acuicultura multitrófica integrada, es decir, el agua marina empleada en el cultivo de algas estaba enriquecida en nutrientes gracias a la integración con factorías de salmón y dorada sitas en Irlanda y Portugal, respectivamente. Las especies escogidas de algas fueron Gracilaria vermiculophylla y Alaria esculenta. Se sabía que los métodos de producción influirían sobremanera en las algas cultivadas para la extracción de los polisacáridos de interés (ulvan, agar y alginato) y de ácido láctico (y, a su vez, de su polímero el ácido poliláctico o PLA). En consecuencia, se estableció un equilibrio entre el suministro de agua salada enriquecida con nitrógeno, las densidades de cultivo y la programación temporal de las cosechas, de modo que se cuadriplicó el contenido en azúcares de la biomasa. Para descomponer las algas en sus constituyentes elementales se secaron, molieron y sometieron a tratamiento químico. El polvo de alga se usó entonces como materia prima para fabricar bioplásticos o fermentarse para elaborar ácido láctico. Éste también se empleó en la fabricación de bioplásticos. Dos agares diferentes, un ulvano y un alginato obtenidos con los protocolos optimizados fueron probados como ingredientes de bioplásticos. También se produjeron —a escala piloto— dos hidrolizados distintos, con vistas a una mayor fermentación y a la producción de PLA. A continuación, se probaron como suplementos para piensos los residuos correspondientes, procedentes de extractos de polisacáridos y de la hidrólisis. La utilización de algas como componente básico en la producción de bioplásticos ofrece varias ventajas medioambientales y económicas. De esta manera, SEABIOPLAS ayudará a reducir los perjuicios medioambientales de los plásticos derivados de combustibles fósiles, contribuyendo así a alcanzar la meta fijada por la UE para 2020 consistente en que el 10 % de los plásticos existentes en el mercado tengan origen biológico.
Palabras clave
Algas, bioplásticos, SEABIOPLAS, acuicultura, materias primas
