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El desarrollo sostenible y la investigación, claves para entender el cambio climático

El compromiso con una estrategia sostenible contraído en mayo por la Comisión Europea y la integración del cambio climático entre las prioridades del próximo Programa Marco (VIPM) adquirieron una dimensión adicional con la publicación, el 12 de julio, de un informe en el que u...

El compromiso con una estrategia sostenible contraído en mayo por la Comisión Europea y la integración del cambio climático entre las prioridades del próximo Programa Marco (VIPM) adquirieron una dimensión adicional con la publicación, el 12 de julio, de un informe en el que un grupo internacional de científicos advierte que las consecuencias del cambio climático están desbordando las previsiones originales. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU advierte en su más reciente informe quinquenal que el cambio climático ya está en marcha y que antes de concluir el siglo las temperaturas habrán subido nada menos que 5,8 grados, esto es, dos veces más que los cálculos iniciales hechos hace cinco años. La conclusión del informe del IPCC apunta que las temperaturas del planeta están creciendo en proporciones sin precedentes en los últimos 1.000 años, con la mayor concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera jamás registrada en 400.000 años. Los índices de incremento de CO2 que se experimentan actualmente no tienen parangón con nada conocido en los últimos 20.000 años. Desde 1750, la tasa de aumento ha sido del 31 por ciento. Con relación al efecto del crecimiento del CO2, esto es, el cambio climático global, el informe aporta asimismo pruebas indiscutibles. Es muy probable (situándose la probabilidad entre el 90 y el 99 por ciento) que los años noventa hayan acusado la década más cálida, y que 1998 haya sido el año más caluroso desde que empezaran las mediciones en 1861. Ha quedado comprobado que esta situación es fruto de la actividad humana. El informe demuestra que las formas naturales de forzamiento radiativo (que alteran el equilibrio energético de la atmósfera) no permiten explicar por sí solas la subida de temperaturas. Asimismo indica que el 75 por ciento de las emisiones de CO2 de origen antrópico provienen de la combustión de combustibles fósiles, siendo la deforestación la responsable del porcentaje restante. El informe propone seis escenarios de respuesta para atacar el problema. Todos coinciden en que se producirá un crecimiento de la temperatura de al menos un grado en este siglo recién iniciado. También señala que el único modelo de lucha contra el problema pasa por que los responsables de la formulación estratégica adopten políticas de desarrollo sostenible. Los autores del informe expresan su satisfacción por los avances científicos y tecnológicos registrados en el ámbito medioambiental, que según afirman ha prosperado más allá de lo previsto. Ponen como ejemplos idóneos los coches con motores híbridos y la eliminación de algunos gases industriales residuales. Recomiendan que se mantenga el esfuerzo investigador en el potencial de innovaciones tecnológicas y sociales, aspectos económicos, sociales e institucionales, análisis y coste de opciones de atenuación, y evaluación de la moderación climática con un trasfondo de desarrollo, sostenibilidad y equidad. Como respuesta a dichas recomendaciones, un portavoz de la Comisión declaró: "Seguimos estudiando el cambio climático. Tanto es así que lo hemos incluido entre las prioridades del próximo Programa Marco. Nuestro compromiso con tamaña cuestión ha quedado claro; importa continuar la investigación y, más que la investigación, la predicción de las cuestiones de cambio climático". Los efectos devastadores del cambio global en los países en desarrollo ha sido objeto de un estudio aparte publicado a principios de julio. Los países más pobres del planeta bien podrían perder hasta el 25 por ciento de su producción alimentaria por el efecto del cambio planetario en sus cosechas, según los datos del informe presentado por el Instituto internacional para el análisis de sistemas aplicados (IIASA). De los datos recabados en este documento se desprende que los 40 países que con toda probabilidad saldrán más afectados suman una población de 2.000 millones de habitantes. De los cuales, más de la mitad saca sus medios de subsistencia de la agricultura. Entre los mayores países, se augura que India perderá 125 millones de toneladas de grano anuales, esto es, el 18 por ciento de su potencial máximo de cultivo. Además, el cambio climático repercutirá en la propagación de enfermedades, plagas y sequía. Y lo que resulta irónico, varios países desarrollados, cuyas emisiones industriales figuran entre las principales causas del cambio climático, podrían salir beneficiados de este fenómeno. Así, Canadá, Rusia, Finlandia, Noruega y Nueva Zelanda posiblemente se beneficien claramente del cultivo de tierras antes heladas. Se pronostica que los dos primeros producirán un suplemento de 130 millones de toneladas de cereales. En cambio, se vaticina una reducción de la producción, por causas de aridez, en el Reino Unido, EEUU, Francia, Australia y Ucrania. Según señaló Günther Fischer, uno de los autores del informe del IIASA: "Hasta la fecha la aportación de los países en desarrollo a las causas del calentamiento global ha sido insignificante. Aun así, muchos cargarán con las consecuencias del cambio climático, que se cebará en la producción de alimentos".

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