El Comité de las Regiones solicita un papel local más activo en la innovación
El Comité de las Regiones ha reclamado un reconocimiento más amplio del papel que las autoridades locales de los Estados miembros pueden desempeñar en el avance hacia una economía del conocimiento que se estableció en el Consejo Europeo de Lisboa en marzo de 2000. En un proyecto de dictamen sobre la "Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo - La innovación en una economía del conocimiento," el Comité ha afirmado: "[Consideramos] que la innovación es el proceso fundamental que vincula la investigación a la empresa y permite que se genere empleo y, por ende, bienes y servicios. Por consiguiente, la política de promoción de la innovación debe tener un carácter estratégico, y no sectorial, por lo que debería subrayarse la necesidad de un enfoque integrado y coherente a todos los niveles." El Comité continuó subrayando la importancia de las autoridades regionales en este proceso que se lleva a cabo en diversos niveles: "Los entes locales son directamente responsables de muchos de los elementos que contribuyen al sistema de apoyo a la innovación, entre los que se incluyen el desarrollo económico, la educación y la formación, la creación de parques científicos, tecnológicos y empresariales [y] la ordenación del suelo." Añadió a continuación: "Se debería exhortar a los gobiernos locales a que sus políticas en este ámbito concuerden con las políticas adoptadas a nivel nacional y europeo para garantizar la coherencia de un marco de estímulo a la innovación firme, unitario y transparente." El Comité también destacó el papel de la política de cohesión social y económica, incluidos aquellos instrumentos como por ejemplo los fondos estructurales de la UE para el desarrollo regional, en la creación de condiciones estables para la investigación y la industria: "El papel de la UE y de los Estados miembros consiste en crear las condiciones marco adecuadas que permitan aumentar el apoyo a la innovación, lo cual requiere claramente la delimitación de un nivel de acción." El Comité recalcó más adelante la importancia de invertir en potencial humano a todos los niveles, y añadió: "Las políticas en materia de cualificación son importantes porque la fuente de toda innovación es la aplicación del intelecto humano." El Comité afirmó que apoyaba las cinco áreas prioritarias propuestas por la Comisión Europea porque "reflejan los problemas clave que afectan a toda la UE." La Comisión ha reclamado una mayor coherencia en las políticas de innovación en toda la UE, un marco normativo que propicie la innovación, el fomento de la creación y el crecimiento de empresas innovadoras, la mejora de las interfaces clave en el sistema de innovación, y la creación de una sociedad abierta a la innovación. Añadió que el desarrollo de estrategias de trabajo colectivo resulta decisivo para el éxito de las propuestas de la Comisión: "El enfoque sistémico de la innovación que se fundamenta en la mejora continua de los procesos e implica no sólo la necesidad de incrementar el conocimiento individual de las personas, sino también el desarrollo del conocimiento colectivo, es interpretado como la metodología más valiosa para el desarrollo de políticas y estrategias de innovación." El Comité también respaldó la iniciativa del Cuadro de Indicadores de Innovación de la Comisión, y reclamó que se tomase en consideración la publicación de cuadros locales de indicadores que permitan la evaluación del éxito de la actividad regional de innovación. El Comité declaró asimismo que habría que estudiar la ampliación del cuadro de indicadores con objeto de incluir los países candidatos a la UE ya que esto "permitiría reflejar mejor la realidad de la interacción entre las organizaciones y la eficacia de las redes comerciales en toda Europa, en este ámbito." Además, el Comité dijo que acogería favorablemente las "ideas sobre nuevas líneas de investigación que contribuyan a fortalecer nuestra comprensión de los sistemas de innovación y las formas de apoyo a los mismos." El Comité respaldó asimismo el acuerdo logrado en el Consejo Europeo de Lisboa en marzo de 2000 para reducir las cargas administrativas impuestas a las empresas, y pidió una acción más positiva para reducir el exceso de burocracia. También llamó la atención sobre el papel de los derechos de la propiedad intelectual en una economía del conocimiento, y recomendó "que se armonicen en toda la UE las disposiciones relativas a los derechos inmateriales de los investigadores, lo cual les alentará a evaluar el valor económico del resultado de sus investigaciones y contribuirá a estrechar entre investigadores de distintos países una cooperación orientada también hacia el sector de las aplicaciones." El Comité también afirmó que es importante reconocer la distinción entre "innovador" y "alta tecnología", y considera que existen muchos sectores industriales tradicionales, por ejemplo la producción siderúrgica, que podrían beneficiarse del desarrollo de nuevos productos y procesos. Recalcó que "ello es particularmente importante para las localidades y regiones situadas fuera del 'corazón' centroeuropeo y cuyas economías aún se caracterizan por la presencia de industrias más tradicionales, tales como el calzado y el textil." La Comisión aprobó la comunicación "La innovación en una economía del conocimiento" el año pasado, después de los compromisos contraídos en la cumbre de Lisboa de marzo de 2000, que reclamó que Europa se transformase en la economía del conocimiento más competitiva del mundo.