Fomentar un uso no sexista del lenguaje
Pese a que reducir la desigualdad de género supone una cuestión relevante para Europa, aún no se han adoptado medidas a gran escala para atajar este problema. Con el fin de poner remedio a esta situación, el proyecto ITN-LCG (Language, cognition, and gender) se sirvió de un enfoque multidisciplinar y reunió a diez instituciones dedicadas a formar investigadores y a doce socios procedentes de los sectores público y privado. Los objetivos de la iniciativa estaban interrelacionados e incluían ponderar hasta qué punto diversos aspectos lingüísticos determinan las representaciones relacionadas con el género y en qué medida el uso de un lenguaje no sexista se vincula a una mayor igualdad de género en términos socioeconómicos. El estudio también se proponía analizar el impacto del lenguaje sobre los estereotipos de género, así como desarrollar y evaluar diferentes directrices y recursos formativos con los que propiciar una comunicación no sexista. Los investigadores emplearon técnicas de vanguardia como puedan ser el seguimiento ocular, mediciones electrofisiológicas y la obtención de imágenes neuronales. La investigación se centró tanto en diferencias interlingüísticas como en las características gramaticales y léxicas propias de un idioma concreto. Los estudios revelaron que la información relacionada con el género procedente de fuentes lingüísticas se obtiene de un modo muy automatizado y que la categoría social aparejada al sexo se encuentra profundamente arraigada en el procesamiento del lenguaje. Las tareas de recopilación de datos se han materializado en una revisión de las normas referentes a la percepción de género asociada a los sustantivos que indican funciones, profesiones o similares. Asimismo, se diseñó una herramienta con la que llevar a cabo sondeos en línea que puede ayudar a realizar comparaciones de índole interlingüística e intercultural. De cara a estudiar la relación entre el uso del lenguaje, las políticas lingüísticas y diversos factores socioeconómicos, se compilaron y evaluaron directrices destinadas a favorecer el lenguaje no sexista en diferentes países e idiomas, amén de analizar el impacto de las mismas en diferentes usos lingüísticos tales como los que se producen en publicidad. Se demostró que el lenguaje exento de sexismo contribuye de manera significativa a desterrar la desigualdad de género en diferentes entornos, como el laboral. Además, la actividad cerebral refleja diferencias en la condición y la eficacia propias del lenguaje dependiendo de si se caracteriza por un uso sexista o neutral. Esto sugiere que los estereotipos forman parte del conocimiento que se activa en el cerebro de manera automática. El equipo evaluó directrices, estrategias y programas de formación destinados a propiciar un lenguaje y una comunicación libres de sexismo. Los investigadores analizaron la forma en que la competencia individual para un idioma influye en el uso neutral del lenguaje y la efectividad de las pautas recomendadas tanto a la hora de aumentar el grado de sensibilización frente a los estereotipos sexistas como a la de reducir el sexismo en las producciones lingüísticas. También se realizaron experimentos para dilucidar cómo hacer que los hablantes se sientan cómodos utilizando un lenguaje sin connotaciones de género y conseguir que proliferen este tipo de usos. Los datos recabados ayudarán a comprender los procesos cognitivos básicos relacionados con el lenguaje y la igualdad de género. Esto facilitará que se desarrollen estrategias para favorecer los usos no sexistas, así como programas de formación presencial y en línea para erradicar los citados estereotipos. La labor del proyecto resultará de utilidad para responsables políticos y en la esfera académica.
Palabras clave
Lenguaje no sexista, representaciones cognitivas, igualdad de género, estereotipos sexistas
