Una red de formación da impulso a la ciencia y la tecnología con haces de iones
Los haces de iones han allanado el camino hacia la creación de nuevos materiales y también la síntesis de materiales. Por ello, la modificación y el análisis de materiales con haces de iones constituyen una piedra angular del progreso en ámbitos tan dispares como los semiconductores, el tratamiento del cáncer, el análisis forense e incluso el patrimonio cultural. Pese a los avances logrados, su aplicación a gran escala en la industria se ve impedida por la falta de personal que cuente con las cualificaciones y la experiencia necesarias. De hecho, una revisión prospectiva reciente en la que se sondeó a científicos europeos, estadounidenses, australianos y japoneses sacó a relucir que una de las mayores prioridades para Europa consistía en asegurar que la próxima generación de investigadores reciba formación sobre los últimos adelantos en las tecnologías y las aplicaciones de los haces de iones. El proyecto SPRITE (Supporting postgraduate research with internships in industry and training excellence), financiado con fondos europeos, tenía el cometido de «subsanar estas carencias formando a los científicos e ingenieros del mañana en este campo tan apasionante, multidisciplinar y en rápida evolución», informó la profesora Karen Kirkby, coordinadora del proyecto. «Este proyecto asegurará que Europa y su industria se encuentren en disposición de adoptar esta nueva tecnología y de asumir un papel de liderazgo en cuanto a la aplicación de los haces de iones». Avances en el estado de la técnica de los haces de iones Se estableció una red de formación multidisciplinar formada por destacados laboratorios europeos en el uso de estos haces. Se trata de centros de excelencia a escala nacional que utilizan tecnologías de haces de iones para la modificación y el análisis de superficies en los campos de la ciencia de materiales, la biomedicina y las ciencias del medio ambiente. La implantación de esta red se vio facilitada por el hecho de que los participantes de SPRITE ya colaboraban de forma fluida en el marco de la infraestructura SPIRIT, otro proyecto financiado con fondos europeos. «SPRITE se centró en el aspecto de la formación y la educación dentro de los conocimientos, la pericia y las aplicaciones que se crearon en SPIRIT —apuntó la profesora Kirkby—. Por tanto, se puede considerar un motor de la adopción, por parte de la industria, de la investigación de SPIRIT, aprovechando sus fructíferas actividades de investigación conjuntas». En el marco de SPRITE se formó a diez investigadores noveles y a otros cuatro ya experimentados sobre la tecnología de haces de iones y sus aplicaciones por medio de actividades de formación, talleres y conferencias. En total se llevaron a cabo treinta y tres cesiones de personal, concretamente investigadores que se desplazaron desde sus laboratorios a entidades industriales y otras instituciones destacadas. Desarrollo de las destrezas y la experiencia de los investigadores en técnicas pioneras de haces Este innovador programa de formación «proporcionó a todos los investigadores la oportunidad de acumular experiencia práctica y habilidades enfocadas a la industria en los sectores público y privado», destacó la profesora Kirkby. Los investigadores noveles y experimentados idearon proyectos que abordaron temas candentes en la investigación con haces de iones. Sus iniciativas permitieron conocer más a fondo el tratamiento del cáncer gracias a los conocimientos científicos básicos generados sobre la terapia iónica. También ampliaron el conocimiento sobre nuevos tipos de materiales semiconductores y dispositivos ópticos. La actividad investigadora propició avances en la irradiación con iones únicos de estructuras vivas del interior de las células. Además, condujo al desarrollo de un modelo de la incorporación de nanopartículas de oro a las células y un prototipo de cámara a color con rayos X para su uso con una variedad de muestras geológicas. Algunas de las técnicas desarrolladas se encuentran ya a disposición de los usuarios de toda Europa. La cámara en concreto se está probando en colaboración con una pyme. Los frutos de SPRITE se han difundido por todo el mundo a través del Organismo Internacional de la Energía Atómica, lo cual ayudó a que los investigadores noveles y experimentados participantes pudiesen iniciar colaboraciones a escala mundial. Algunos de los hallazgos ya se están aplicando a los estudios sobre la terapia con protones en el Reino Unido y en otros centros nuevos y prometedores de Europa. La mayoría de los investigadores noveles se doctoraron y trabajan ya en sectores donde existe una necesidad manifiesta. «SPRITE ha situado a Europa en una posición excelente en la escena mundial y ha ayudado a atender un campo donde escasea el personal especializado», destacó para concluir la profesora Kirkby. Algún día, estos esfuerzos científicos coordinados podrían desembocar en nuevos tratamientos contra el cáncer y otras afecciones.
Palabras clave
Haz de iones, SPRITE, investigación de postgrado, prácticas profesionales, industria