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Un informe recomienda que el sector público financie las PYME innovadoras

Un informe elaborado para la Comisión Europea ha examinado las necesidades de las PYME (pequeñas y medianas empresas) europeas con respecto al acceso a la financiación, y ha recomendado la introducción del patrocinio del sector público para ayudar a reducir la carencia de empr...

Un informe elaborado para la Comisión Europea ha examinado las necesidades de las PYME (pequeñas y medianas empresas) europeas con respecto al acceso a la financiación, y ha recomendado la introducción del patrocinio del sector público para ayudar a reducir la carencia de empresas, así como un papel más importante del Fondo Europeo de Inversiones. El informe, preparado por Bannock Consulting a petición de la DG de Empresa, distingue entre la carencia de empresas y la carencia de capital riesgo, dos elementos que se dan en la UE. La dimensión de las transacciones en ambas carencias suele estar entre 100.000 euros y 1 millón de euros. La carencia de empresas, según el informe, se refiere principalmente al capital social, y se aplica a unas 5.000 pequeñas empresas, jóvenes, innovadoras y de un riesgo muy alto, con elevado potencial de crecimiento, que son demasiado pequeñas para recibir financiación de los capitalistas institucionales. Los costes fijos de transacción y control son la causa principal de la carencia de capital social, ya que convierten en poco rentables los escasos fondos que se requieren para efectuar inversiones reducidas, aunque tengan un potencial muy elevado de beneficio, teniendo en cuenta los objetivos de rendimiento de la cartera del posible inversor. La carencia de capital riesgo, que no sólo afecta al capital social sino también a las deudas "mezzanine" y a la financiación híbrida de las deudas de capital, se produce anualmente en un número de empresas comprendido entre 100.000 y 200.000 y que abarca una gama muy amplia de edades, tamaños, sectores y circunstancias. Estas sociedades tienen un crecimiento moderado y oportunidades de riesgo que requieren capital riesgo externo. El informe destaca el hecho de que son muy pocos los protagonistas europeos que están invirtiendo activamente en la financiación de PYME, dejando que se encarguen de ello las entidades bancarias y los inversores de capital riesgo, y sostiene que uno de los motivos de este fenómeno es la inexistencia de economías en red, en lo que tiene que ver con los conocimientos compartidos y servicios especializados de apoyo a los financiadores. El informe sugiere que ambas carencias existen en grados diversos en todos los Estados miembros de la UE, aunque no existen pruebas empíricas en apoyo de esta afirmación. Las dos carencias, sin embargo, resultan menos significativas en EEUU porque allí se encuentra más desarrollada la actividad de los inversores privados. El documento subraya el hecho de que algunos países de la UE han logrado ciertos avances a través de los programas de garantía, pero los autores afirman que quizás han concedido un énfasis excesivo a la carencia de empresas. "Una operación rentable en este ámbito sólo requiere una ampliación marginal de la actividad oficial de la empresa y de la creación de capacidades. La inversión en las PYME difiere sobre todo en escala y en costes de ejecución, pero el riesgo y las características de rentabilidad no varían sustancialmente. En este tipo de programas es fácil gastar excesivos recursos públicos, y en algunos países los tipos de interés de la financiación son demasiado elevados." Con objeto de afrontar la carencia de capital riesgo, el informe recomienda una nueva forma de intervención: el patrocinio del sector público con respecto a la financiación de apalancamiento, con un coste moderado, destinada a determinadas empresas privadas de financiación de las PYME. Los autores del informe, sin embargo, se muestran escépticos acerca de las garantías y los programas de apalancamiento "blando" que reducen el riesgo a la baja, y afirman que "son caros, tienen que racionarse, y provocan un peligro de distorsión en la conducta de inversión. [...] Si se emplean estos programas, deberían evaluarse en virtud de la forma y de la rapidez del aumento de la capacidad inversora profesional y del mercado, en lugar de limitarse a medir el volumen de la inversión asignada." El documento recomienda que el Fondo Europeo de Inversiones (FEI) aproveche su posición consolidada en el mercado y su experiencia tanto en el mercado de capitales como en el "mezzanine", experimentando con un programa de apalancamiento que incremente las aportaciones de capital riesgo. Sostiene que, durante las etapas iniciales, la financiación podría provenir del Banco Europeo de Inversiones (BEI), pasando posteriormente a una garantía de crédito del FEI. Con respecto a los Estados miembros, el informe aconseja que cada país realice sus actividades esenciales de obtención de capital hasta un nivel satisfactorio, utilizando evaluaciones comparativas relacionadas con el nivel del PIB y el número de PYME existentes en el país. Un objeto razonable para la inversión de capital podría ser el 0,2 por ciento del PIB, según dicho informe. En 2000 seis Estados miembros: Bélgica, Dinamarca, Finlandia, los Países Bajos, el Reino Unido y Suecia ya habían logrado o incluso superado esta cifra. El documento destaca el éxito de una garantía de distribución de pérdidas que se ha implantado en los Países Bajos, y sugiere que otros Estados miembros de la UE tomen en consideración esta iniciativa.

Países

Finlandia

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