El premio Descartes es "la guinda del pastel" de la colaboración investigadora, declara Busquin a Noticias CORDIS
El Comisario de Investigación de la UE, Philippe Busquin, explicó a Noticias CORDIS por qué ha decidido que el premio Descartes sea una de sus prioridades, y cómo encaja en las propuestas de la Comisión referentes al VI Programa Marco (VIPM). El premio Descartes se creó en 2000, y cada año se otorga a logros científicos o tecnológicos relevantes obtenidos gracias a una investigación europea realizada en colaboración, en cualquier ámbito científico. En 2001 hubo dos ganadores: uno de ellos consistió en el desarrollo de nuevos fármacos contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y el otro, el desarrollo de nuevos catalizadores asimétricos para la fabricación de productos químicos. "Una de las consecuencias más importantes del espacio europeo de investigación es que los investigadores producen un mayor impacto cuando colaboran más allá de las fronteras nacionales. La combinación entre sus conocimientos complementarios da como resultado numerosos logros científicos significativos, ahí está la clave," señaló el Sr. Busquin a Noticias CORDIS. El Comisario admite que premiar con dinero no constituye el método más eficaz de estimular la colaboración entre investigadores, pero dijo que era "la guinda del pastel". "Nos permite ofrecer visibilidad, sobre todo ante los medios de comunicación, para mostrar lo importante que es [colaborar]. Tratamos de poner de manifiesto la existencia de equipos investigadores europeos y demostrar el interés de trabajar con equipos europeos," afirmó. Los investigadores deberían trabajar juntos de otras formas: en proyectos integrados, en redes de excelencia, y mediante una coordinación de los programas nacionales de investigación, tres nuevas herramientas propuestas para el VIPM. El Sr. Busquin señaló que reforzar la colaboración es "clave en todas mis reflexiones sobre los programas marco, reforzar el trabajo y la coordinación entre distintos laboratorios." Aunque reconoció que el premio Descartes "no es un premio Nobel", el Comisario se siente orgulloso de esta iniciativa, e incluso la ha convertido en una de sus prioridades. Justificando tal decisión, el Sr. Busquin indicó a Noticias CORDIS que "la creación del premio Descartes dentro del programa 'Incremento del potencial humano' hace que los resultados excepcionales de la investigación se vuelvan más visibles, y envía a los investigadores un mensaje positivo: se reconocen sus esfuerzos. Esta excelencia científica es esencial para que Europa siga siendo competitiva, al máximo nivel investigador." El Sr. Busquin declaró su satisfacción ante las investigaciones presentadas al premio en 2001, pero añadió: "¡Jamás estaré del todo satisfecho, no sería lógico!" Elogió la calidad de los proyectos presentados el año pasado, y se mostró claramente complacido por el hecho de que en uno de los equipos ganadores hayan participado investigadores de Rusia y Armenia. Al Comisario le hubiese gustado la presentación de un mayor número de proyectos, y espera que en el concurso de este año ocurra tal cosa. El Sr. Busquin considera que uno de los motivos por los que no se han presentado más proyectos es la falta de información acerca del premio. Está convencido de que muchos miembros de la comunidad científica europea no conocen este galardón, a pesar incluso de que algunos de ellos estén trabajando en proyectos de la UE. La cobertura relativamente escasa de estos premios en los medios de comunicación no ha ayudado al Sr. Busquin en su deseo de dar a conocer la iniciativa, como también ha sucedido en el caso de las semanas anuales de la ciencia en la UE, otra iniciativa acerca de la cual el Comisario se muestra muy entusiasta. "Creo que las semanas de la ciencia son una forma de llegar al gran público. También son un modo de recordar a los políticos la importancia de la ciencia. Todos se centran en un único asunto durante una semana. Y es también un mecanismo que demuestra la importancia de estudiar disciplinas científicas", indicó el Sr. Busquin. El Comisario expuso con entusiasmo sus experiencias en la Semana de la Ciencia de la UE en 2001, y describió la atención prestada a Leonardo da Vinci en Italia, a Linneo en Suecia, y a un juego en el que participaron alumnos británicos y donde se pusieron de manifiesto los problemas del darwinismo. "Sirvió para ilustrar la diversidad de la ciencia europea," dijo el Sr. Busquin. "Así es Europa, una mezcla de culturas." El Sr. Busquin es consciente de que se requiere un mayor contacto con los medios de comunicación, cuestión que forma parte del plan de acción Ciencia y sociedad de la Comisión. "Tenemos mucho trabajo por delante," afirmó, si bien reconoció no comprender por qué a los medios de comunicación no suele interesarles la ciencia. Mencionó los resultados de una reciente encuesta del Eurobarómetro, que ponía de manifiesto que el público desea estar más informado acerca de temas científicos. "Creo que se trata de una labor que requiere tiempo, y los medios de comunicación trabajan con prisa. Elaborar un programa sobre un problema científico exige ciertas cualidades. Hay que poseer determinada competencia científica y, al mismo tiempo, saber explicar las cosas con sencillez. Estas cualidades son relativamente infrecuentes. No disponemos de muchos científicos que sepan comunicar, ni de periodistas que trabajen mucho en el terreno científico, de modo que la información corre el riesgo de ser incorrecta." El Comisario continuó diciendo que existen excepciones, por ejemplo determinados profesores, pero que la función principal de los investigadores es investigar, y carecen de intermediarios del tipo de un portavoz o una oficina de prensa, como ocurre en las grandes empresas. El Sr. Busquin calificó el problema de "déficit de potencial humano", y declaró que a esto debía concedérsele una atención prioritaria.