La integración en la UE podría ser sinónimo de menos ventajas para los Estados bálticos
Una tesis doctoral publicada esta semana por la Escuela de Economía de Helsinki (Finlandia) demuestra que la integración de los Estados bálticos en la UE, y concretamente en sus políticas comerciales, monetarias y fiscales, podría producir diversidad de resultados. La autora, Niina Pautola-Mol, aduce que, aun cuando la ampliación de la UE a Estonia, Letonia y Lituania suponga una profunda integración en la UE -desde el libre comercio hasta el mercado común pasando por la armonización de normas y políticas-, otorga ventajas comerciales relativamente menores. Esto se debe a que el grueso del comercio bilateral ya se ha liberalizado o permanece protegido por razones de sensibilidad. Si bien es cierto que la UE ha asumido un papel clave en la apertura del mercado de Europa occidental a los productos industriales bálticos, el informe alega que los países bálticos podrían exigir más en cuanto a liberalización del comercio agrícola. Sin embargo, de producirse la apertura del mercado agrario comunitario a los Estados bálticos, sólo se haría bajo presión política conjunta con los demás países asociados de Europa Central y Oriental. Repasando los sistemas monetarios de Estonia y Lituania, la tesis apunta a crecientes problemas en los sistemas de junta monetaria, que tienen su origen principal en una apreciación real persistente, elevados déficit por cuenta corriente y la creciente movilidad de capitales. La tercera sección del estudio se refiere a que Estonia y Letonia han obtenido mejores resultados manteniendo una disciplina fiscal que Lituania. De hecho, los déficit presupuestarios anuales medios de Estonia y Letonia superaron el tres por ciento del PIB estipulado en los criterios de convergencia de Maastricht solamente una vez en el periodo 1996-2000. Lituania, en cambio, rebasó el umbral máximo cuatro de cinco veces en el citado periodo. Según los datos del estudio, si los países bálticos se comprometen a cumplir el objetivo a medio plazo de mantener ponderados sus presupuestos, el pacto de estabilidad y crecimiento proporcionaría margen suficiente para que operen estabilizadores fiscales automáticos en Estonia y Letonia, aunque no necesariamente en Lituania. En resumidas cuentas, y pesados los pros y los contras de las instituciones tributarias, se infiere que los objetivos fiscales de Maastricht marcan correctas finalidades estratégicas para los Estados bálticos, si bien a largo plazo más que desde la perspectiva de hoy. Niina Pautola-Mol es miembro de la Delegación de la Comisión Europea en Rusia. Esta investigación, llevada a cabo entre 1998 y 2002, fue subvencionada en parte por el Instituto Universitario Europeo de Florencia (Italia).