No sólo los europeos tienen dificultades para entender la ciencia
Los resultados del informe bienal de la Fundación nacional para la ciencia de Estados Unidos indican que los ciudadanos de ese país, como sus homólogos europeos, no saben mucho de ciencia. Los estadounidenses muestran apenas una leve mejoría en el conocimiento científico y la mayoría (el 70 por ciento) no entiende el proceso de investigación científica, según el estudio. A gran diferencia de los europeos, los estadounidenses muestran un nivel alto y creciente de creencia en las "pseudociencias". Esto se manifiesta en el alto número de respuestas positivas a las preguntas destinadas a determinar si creen en la percepción extrasensorial y los poderes psíquicos (el 60 por ciento dijo que sí), así como si creen en que determinados objetos en el cielo son naves espaciales de civilizaciones extraterrestres (el 30 por ciento contestó afirmativamente). El conocimiento científico básico registra una leve mejoría. A la pregunta de cuánto tiempo tarda la Tierra en girar alrededor del Sol, el 54 por ciento de los encuestados dio la respuesta correcta de un año, lo cual es una mejora respecto al estudio de hace dos años, cuando más de la mitad respondió incorrectamente. Las preocupaciones de los estadounidenses sobre los aspectos éticos de la investigación científica están claramente divididas: el 40 por ciento considera que los adelantos científicos en este ámbito reportarán beneficios, mientras que el 33 por ciento no lo cree así. La investigación con animales también dividió a los encuestados. Aunque pocos manifiestan preocupación por la utilización de ratones en la investigación, el 53 por ciento se opone al uso de perros o chimpancés, mientras que el 44 por ciento no encuentra nada mal en eso. Otros resultados destacan el número creciente de científicos nacidos en el extranjero que trabajan a todos los niveles en Estados Unidos, el 45 por ciento de ellos en diferentes ámbitos de la ingeniería. Las prioridades federales de investigación también parecen haber cambiado, con un aumento del 50 por ciento en la financiación federal destinada a las ciencias de la vida, mientras que las ciencias físicas han sufrido una reducción del 25 por ciento.